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¡No Todo Es Drama! Cómo los Argentinos Convierten la Caída del Merval en Risas y Mate

Este lunes 28 de abril de 2025, el índice S&P Merval se dio un porrazo del 3%, y el riesgo país, que anda rondando los 710 puntos desde hace un mes, no ayudó a calmar los nervios de los inversores. Pero mientras los operadores de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires miraban las pantallas con cara de velorio, los argentinos de a pie –fieles a su estilo– encontraron formas desopilantes de tomarse la situación con humor y seguir adelante. Porque si algo sabemos hacer en este país, además de asado, es reírnos de nuestras propias desgracias.

En las redes sociales, la caída del Merval se convirtió en el tema del día, pero no por análisis sesudos ni proyecciones financieras, sino por una avalancha de memes que harían reír hasta al más serio de los economistas. Un usuario de X, @TotoInversiones, compartió un GIF de Lionel Messi corriendo con la pelota, pero en lugar de un gol, la pelota era el Merval y se iba directo a un pozo sin fondo. “Cuando pensás que el Merval no puede caer más y te dice ‘agarrame el mate que voy por más’”, escribió, cosechando miles de risas y retuits. Otro usuario, @LaTanaDelDolar, subió una foto de su gato con cara de preocupación frente a una pantalla de trading: “Mi asesor financiero después de ver que puse todo en Ternium”. La creatividad no tiene límites, y los argentinos lo saben mejor que nadie.

Pero el humor no se quedó solo en las redes. En los bares de Buenos Aires, las charlas sobre el Merval se mezclaron con ideas tan absurdas como geniales para “salvar” la economía. En un café de Palermo, un grupo de amigos propuso –entre mate y mate– que el gobierno debería declarar al asado como moneda de curso legal. “Si el dólar no para de moverse, que el kilo de vacío sea la nueva referencia. Total, siempre sube menos que el blue”, bromeó Juan, un contador que jura que su plan podría funcionar. Su amigo Pedro, un diseñador gráfico, fue más allá: “Propongo que el Merval se ajuste por el índice de felicidad del hincha de Boca. Si el Xeneize gana, la bolsa sube. Si pierde, bueno… ya estamos acostumbrados a las malas noticias”. La mesa estalló en risas, y el mozo, que escuchaba de reojo, aportó su propia idea: “Que el Merval lo manejen las abuelas. Ellas siempre saben cómo estirar el presupuesto, ¡nunca vi a mi nonna quedarse sin guita para fin de mes!”.

En el conurbano, la cosa se puso aún más creativa. En un grupo de WhatsApp de vecinos de La Matanza, alguien propuso organizar un “bingo bursátil” para levantar el ánimo. La idea es simple: cada participante pone 500 pesos, y en lugar de números, los cartones tienen nombres de acciones del Merval. Si tu acción sube, cantás línea; si cae, te tomás un mate amargo y seguís participando. “Es como jugar a la bolsa, pero con menos estrés y más facturas”, explicó Marisa, la organizadora, que ya tiene 30 inscriptos para el próximo sábado. El premio mayor, según contó, será un kilo de yerba y un paquete de bizcochitos, porque “en este país, la inflación no nos va a quitar el mate ni el humor”.

Hasta los más chicos se sumaron a la ola de ingenio. En una escuela de Villa Crespo, un grupo de alumnos de primaria le pidió a su maestra que les explicara qué era el Merval. Después de una explicación simplificada, uno de los chicos, Tomás, levantó la mano y dijo: “Profe, ¿y si le pedimos a Messi que compre todas las acciones con lo que gana en Inter Miami? ¡Seguro que sube todo!”. La maestra no pudo contener la risa, y la idea se viralizó cuando la compartió en redes sociales. “Tomás presidente”, escribió un usuario, mientras otro contestó: “Tomás tiene más visión que la mitad de los brokers de la City”.

En el barrio de Flores, un kiosquero llamado Carlitos decidió ponerle onda a la situación con un cartel que decía: “Por cada 100 pesos de compra, te cuento un chiste para olvidar el Merval”. El favorito del día, según nos confesó, fue: “¿Qué hace un inversor argentino cuando el Merval cae? Abre un mate y espera que suba el dólar blue para compensar”. Los clientes no paraban de reír, y Carlitos jura que vendió más alfajores en un día que en toda la semana pasada. “Si la bolsa no levanta, por lo menos levantamos el ánimo”, dijo mientras atendía a una fila de vecinos que, más que comprar, querían escuchar el próximo chiste.

Incluso los jubilados, que están lidiando con los vaivenes económicos y el reciente fallo judicial que ordenó recalcular sus haberes por inflación, encontraron un motivo para sonreír. En un centro de jubilados de Lanús, un grupo de abuelas organizó una “feria del trueque emocional”. La consigna era intercambiar consejos para ahorrar con anécdotas graciosas sobre la economía. Doña Rosa, de 78 años, compartió su truco para estirar la jubilación –“comprar todo en oferta y rezar para que no suba el pan”– y después contó cómo su nieto le explicó el Merval: “Me dijo que es como jugar a la quiniela, pero sin la suerte”. Las risas llenaron el salón, y por un rato, las preocupaciones quedaron en segundo plano.

Así, mientras el Merval cae y el mundo financiero tiembla, los argentinos demuestran que su mayor activo no cotiza en bolsa: el humor. Entre memes, ideas locas y rondas de mate, el país sigue adelante, recordándonos que, aunque la economía pueda estar en rojo, el espíritu argentino siempre encuentra la manera de pintar la vida de colores. Porque si algo sabemos hacer, es reírnos de nosotros mismos y seguir adelante, con o sin Merval.

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