Voyager 1: Recuperando la Voz desde el Espacio Interestelar
Voyager 1, la sonda más lejana jamás creada por la humanidad, ha tenido un historial reciente de comunicaciones intermitentes debido a su avanzada edad y las limitaciones de su suministro de energía. Según un informe de la NASA del 25 de noviembre de 2024, Voyager 1 retomó operaciones regulares tras una pausa en octubre de 2024. El problema comenzó el 16 de octubre de 2024, cuando un comando para encender un calentador activó el sistema de protección de fallos, apagando el transmisor principal de banda X y cambiando al transmisor de banda S, más débil y no utilizado para comunicaciones desde 1981. Este cambio hizo que la señal fuera demasiado débil para enviar datos científicos, aunque la Deep Space Network (DSN) logró detectarla el 18 de octubre de 2024. El 22 de octubre, la NASA confirmó que el transmisor de banda S funcionaba, y para el 18 de noviembre de 2024, el transmisor de banda X fue reactivado, permitiendo la recolección de datos de los cuatro instrumentos activos (CRS, LECP, MAG y PWS).
Un post en X del 24 de abril de 2025 informó que Voyager 1 transmitió 260 minutos de grabaciones acumuladas a 1400 bits por segundo, enviando datos sobre el espacio interestelar, como campos magnéticos y partículas cargadas, captados por las cuatro antenas de la DSN en Madrid. Al día siguiente, 25 de abril de 2025, Voyager 1 recibió su habitual enlace ascendente de comandos, asegurando su funcionamiento continuo. La señal tarda 23 horas en llegar desde la Tierra y otras 23 horas en regresar, lo que hace que cada comunicación sea un proceso de casi dos días. Actualmente, Voyager 1 está estable, enviando datos regularmente, aunque la NASA sigue monitoreando su suministro de energía, que disminuye 4 vatios por año.
Voyager 2: Manteniendo el Contacto desde el Hemisferio Sur
Voyager 2, que se encuentra a 20.000 millones de kilómetros de la Tierra, también ha enfrentado desafíos de comunicación, pero sigue operando con cinco instrumentos activos (CRS, LECP, MAG, PWS y PLS). La NASA reportó el 4 de agosto de 2023 que Voyager 2 había perdido contacto el 21 de julio de 2023, cuando una serie de comandos hizo que su antena se desalineara 2 grados de la Tierra. La DSN en Canberra, Australia, envió una señal de alta potencia el 1 de agosto de 2023, y tras 37 horas (18.5 horas de ida y vuelta), Voyager 2 respondió el 4 de agosto, reorientando su antena y retomando la transmisión de datos científicos y de telemetría. Desde entonces, la sonda ha mantenido su trayectoria esperada.
El próximo contacto programado con Voyager 2 será en octubre de 2025, cuando está programada para realizar un ajuste automático de su orientación para mantener su antena apuntando a la Tierra, según lo establecido por la NASA. Este ajuste es parte de su rutina anual para garantizar comunicaciones continuas. Voyager 2 depende exclusivamente de la antena DSS-43 en Canberra para sus comunicaciones, ya que su trayectoria hacia el sur del plano orbital de la Tierra hace que solo las instalaciones del hemisferio sur puedan contactarla. La señal de Voyager 2 tarda 19.5 horas en llegar a la Tierra, y la NASA ha confirmado que la sonda sigue enviando datos valiosos sobre el medio interestelar, a pesar de que su instrumento de ciencia de plasma fue apagado en octubre de 2024 para conservar energía.
Desafíos y Futuro
Ambas sondas enfrentan el desafío de un suministro de energía decreciente, con sus generadores termoeléctricos de radioisótopos perdiendo potencia a un ritmo de 4 vatios por año. La NASA estima que los últimos instrumentos científicos se apagarán alrededor de 2031, y las comunicaciones cesarán hacia 2036, cuando la señal sea demasiado débil para ser detectada por la DSN. Hasta entonces, cada contacto con las Voyager es una oportunidad para aprender más sobre el espacio interestelar, un territorio que solo estas sondas han explorado.