El 28 de abril de 2025, Argentina marcó un hito en su historia ambiental al firmar un acuerdo internacional para la protección de la biodiversidad en la Patagonia, una región que abarca más de un millón de kilómetros cuadrados y alberga ecosistemas únicos, desde glaciares hasta estepas y bosques subantárticos. La ceremonia, realizada en Buenos Aires, contó con la presencia de autoridades del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, representantes de la ONU y delegados de países como Chile, Noruega y Canadá, que se sumaron al esfuerzo con financiamiento y cooperación técnica.
El acuerdo, impulsado por la organización Rewilding Argentina en alianza con el gobierno nacional, busca crear un corredor ecológico que conecte áreas protegidas como el Parque Nacional Los Glaciares y el Parque Nacional Tierra del Fuego, abarcando más de 500.000 hectáreas. Según el Ministerio de Ambiente, el objetivo es preservar especies en peligro como el huemul, el cóndor andino y el macá tobiano, un ave endémica que ha visto su población disminuir un 80% en las últimas tres décadas debido a la actividad humana y el cambio climático. Además, el proyecto incluye la restauración de bosques nativos y la reducción de emisiones mediante la captura de carbono en turberas patagónicas, que son esenciales para mitigar el calentamiento global.
La Patagonia argentina enfrenta múltiples amenazas: la expansión de la ganadería intensiva, la minería y el turismo no regulado han degradado sus ecosistemas, mientras que el cambio climático acelera el retroceso de los glaciares, como el emblemático Perito Moreno. Según un informe de la ONU de 2024, la región ha perdido el 15% de su cobertura glaciar en los últimos 20 años, un dato alarmante que motivó esta iniciativa. El acuerdo no solo busca frenar estas tendencias, sino también involucrar a las comunidades locales, incluyendo a los pueblos originarios como los mapuches, en la gestión sostenible de los recursos naturales.
El ministro de Ambiente, Juan Cabandié, destacó la importancia del proyecto: “La Patagonia no es solo un tesoro argentino, sino un patrimonio global. Este acuerdo nos permitirá protegerla para las futuras generaciones y posicionar a Argentina como líder en la lucha contra el cambio climático”. Por su parte, Kristine Tompkins, presidenta de Rewilding Argentina, subrayó el rol de la cooperación internacional: “Sin el apoyo de países como Noruega y Canadá, que aportaron más de 20 millones de dólares, este sueño no sería posible”.
Sin embargo, el acuerdo también enfrenta desafíos. Organizaciones ambientalistas locales, como Greenpeace Argentina, señalaron que la implementación será clave y pidieron mayor control sobre las actividades extractivas en la región, especialmente la minería, que sigue expandiéndose en provincias como Santa Cruz y Chubut. Además, el contexto económico del país, con una inflación del 3% en febrero de 2025 y un nuevo préstamo del FMI, podría limitar los fondos disponibles para la conservación a largo plazo.
A pesar de las dificultades, el acuerdo ha generado esperanza entre los ambientalistas y las comunidades patagónicas. En Ushuaia, por ejemplo, se organizaron actividades educativas el 29 de abril para celebrar el anuncio, incluyendo talleres sobre biodiversidad y proyecciones de documentales en el Centro Cultural Malvinas. Este 30 de abril de 2025, mientras el mundo conmemora fechas como el Día Internacional del Jazz, Argentina también celebra un paso hacia un futuro más sostenible, demostrando que la conservación puede ser un puente para unir esfuerzos globales y locales en un momento crítico para el planeta.