En un país tan extenso como Argentina, donde las zonas rurales y remotas a menudo carecen de infraestructura de telecomunicaciones, la llegada de Starlink Direct to Cell marca un hito en la conectividad. Este innovador servicio, desarrollado por SpaceX, la empresa de Elon Musk, permite que teléfonos móviles compatibles se conecten directamente a satélites en órbita baja, sin necesidad de torres de telefonía ni antenas adicionales. A partir de julio de 2025, los argentinos con dispositivos compatibles podrán acceder a esta red de forma gratuita en su fase inicial, un avance que no solo beneficia a los usuarios individuales, sino que también tiene un impacto social significativo al cerrar la brecha digital.
Starlink opera con una constelación de aproximadamente 7,000 satélites en órbita baja terrestre, a unos 550 kilómetros de la Tierra. A diferencia de los satélites tradicionales, que orbitan a más de 35,000 kilómetros, esta cercanía reduce la latencia y mejora la velocidad de conexión, ofreciendo una experiencia más fluida. La tecnología Direct to Cell utiliza el estándar LTE/4G, lo que permite que cualquier celular compatible con esta red se conecte automáticamente cuando no hay cobertura terrestre. En Argentina, donde el 11% de los hogares tiene velocidades de internet inferiores a 6 Mbps, especialmente en áreas alejadas de los centros urbanos, esta solución es revolucionaria.
Entre los dispositivos compatibles se encuentran modelos de marcas populares como Apple (iPhone 14 y posteriores), Samsung (Galaxy A14, A15, A35, S22, S23), Google (Pixel 9 y sus variantes), Motorola (modelos lanzados a partir de 2024) y ciertos dispositivos de T-Mobile. Para usar el servicio, los usuarios no necesitan descargar aplicaciones ni realizar configuraciones complejas: cuando el celular detecta que no hay cobertura móvil, se conecta automáticamente a la red satelital, mostrando “T-Mobile SpaceX” en la pantalla. Este proceso es especialmente útil en situaciones de emergencia, ya que permite enviar mensajes de texto, compartir ubicaciones en tiempo real y contactar servicios como el 911, incluso en los lugares más remotos del país.
En su fase inicial, el servicio gratuito se limita a funciones básicas como mensajería y emergencias. Sin embargo, SpaceX planea expandir las capacidades en 2026 para incluir llamadas de voz y datos móviles, lo que podría transformar aún más la forma en que los argentinos se comunican. Por ejemplo, un agricultor en el interior de La Pampa o un turista en la Patagonia podrán mantenerse conectados sin depender de la infraestructura terrestre, que a menudo es inexistente en esas regiones. Además, Starlink ya ha demostrado su compromiso social en Argentina, donando antenas a escuelas rurales en colaboración con la fundación Enseñá por Argentina, lo que refuerza su impacto en la educación y la inclusión digital.
A nivel global, Starlink Direct to Cell está en fase beta en países como Estados Unidos, Chile y Perú, donde ha mostrado resultados prometedores. En Estados Unidos, por ejemplo, la colaboración con T-Mobile ha permitido enviar cientos de miles de mensajes durante pruebas, como en el huracán Milton. En Argentina, la expectativa es alta, ya que el servicio no solo beneficia a los usuarios individuales, sino también a sectores como la agricultura, el turismo y la logística, que dependen de una conectividad confiable. Sin embargo, hay desafíos: los usuarios deben tener una vista despejada del cielo para garantizar una conexión óptima, y el costo del servicio podría convertirse en un factor a considerar una vez que finalice la fase gratuita.
La competencia no se queda atrás. Empresas como Apple y Samsung están desarrollando sus propias soluciones de conectividad satelital, mientras que Alphabet, la matriz de Google, ha presentado Taara, un sistema basado en láser que busca ofrecer internet en áreas de difícil acceso. A pesar de esto, la ventaja de Starlink radica en su accesibilidad y su red abierta, que no está limitada a una sola marca de dispositivos. Con velocidades de descarga de hasta 200 Mbps y una latencia de entre 19 y 60 milisegundos, Starlink se posiciona como líder en la carrera por la conectividad global.
En conclusión, Starlink Direct to Cell no solo elimina las barreras geográficas, sino que también abre un mundo de posibilidades para los argentinos. Desde mejorar la seguridad en áreas remotas hasta facilitar el acceso a la educación y los negocios, esta tecnología está redefiniendo lo que significa estar conectado. A medida que el servicio se expanda, Argentina podría convertirse en un modelo de cómo la innovación satelital puede transformar la vida de millones.