En un giro inesperado que ha sacudido la política británica, Reform UK, liderado por Nigel Farage, ha emergido como una fuerza imparable en las elecciones locales celebradas el 2 de mayo de 2025. Apenas horas después de cerrarse las urnas, a las 6:00 PM hora local (12:00 PM -03), los resultados muestran que Reform ha arrebatado el control de Lancashire Council y ha conquistado la alcaldía de Greater Lincolnshire con una ventaja aplastante de casi 40,000 votos, liderada por la exministra conservadora Andrea Jenkyns. Esta victoria, confirmada por informes en tiempo real de BBC News y The Guardian, ha dejado a los Tories en un estado de shock, perdiendo más del 25% de su voto promedio desde las elecciones de 2021.
El momento culminante llegó con la victoria por solo seis votos en la by-election de Runcorn and Helsby, un resultado tan ajustado que ha sido calificado como uno de los más dramáticos en la historia parlamentaria británica, según datos de la BBC. Farage, desde Consett, proclamó en una conferencia de prensa transmitida por Sky News a las 11:45 AM -03 que “los Conservadores están acabados” y que Reform es ahora “el verdadero desafío para Labour en el norte y Midlands”. Sus palabras, cargadas de euforia, resonaron entre sus seguidores, quienes ven en este triunfo el nacimiento de un movimiento que podría redefinir el panorama político del Reino Unido.
Los números no mienten: Labour, aunque defendía menos de 300 escaños, perdió más de la mitad de ellos, muchos a manos de Reform, mientras que los Conservadores cayeron a un humillante tercer lugar en contiendas como Doncaster y North Tyneside. La exministra Jenkyns, conocida por su pasado operístico y su trabajo en Greggs antes de entrar en política, se convirtió en la estrella de la noche, derrotando a su antiguo partido con un mensaje antiestablishment que ha capturado la imaginación de los votantes desencantados. “La gente quiere cambio, y nosotros lo estamos trayendo”, declaró Jenkyns, según reportes de The Independent.
Este terremoto político llega en un momento de crisis para los Conservadores, que han perdido dos tercios de sus escaños en las elecciones generales del año pasado y ahora enfrentan una debacle que podría marcar su declive definitivo. Jacob Rees-Mogg, en un intento por salvar la cara, sugirió una alianza con Reform, pero sus palabras fueron recibidas con escepticismo. Mientras tanto, el líder laborista Keir Starmer admitió resultados “decepcionantes” en un comunicado a las 10:30 AM -03, reconociendo que la irrupción de Reform ha cambiado las reglas del juego.
Analistas señalan que el auge de Reform refleja el hartazgo con la élite política tradicional, alimentado por años de promesas incumplidas sobre inmigración, economía y Brexit. La victoria en Lancashire, una región históricamente laborista, y la conquista de Lincolnshire, un bastión conservador, sugieren que el electorado está dispuesto a apostar por una alternativa radical. Sin embargo, no todo es celebración: algunos expertos advierten que la fragmentación del voto podría beneficiar a Labour en las próximas elecciones nacionales, aunque los datos actuales muestran a Reform como el principal contendiente en el norte.
El impacto global no se ha hecho esperar. En redes sociales, hashtags como #ReformUKRising y #ToriesEnd dominan las tendencias, con usuarios celebrando o lamentando el cambio. En Washington, la Casa Blanca observa de cerca, consciente de que un Reino Unido más alineado con posturas populistas podría complicar las negociaciones comerciales post-Brexit. ¿Estamos ante el fin de una era o el comienzo de una revolución política? Lo que sí es claro es que las próximas horas y días serán cruciales para entender la magnitud de este terremoto electoral.
