El sábado 3 de mayo de 2025, a las 10:00, un grupo de vecinos, sacerdotes y organizaciones sociales se reunió en la Villa 31, una de las villas miseria más emblemáticas de Buenos Aires, para lanzar un conjunto de iniciativas comunitarias en honor al Papa Francisco, fallecido el pasado 22 de abril. Bajo el lema “Francisco Vive en los Pobres”, el proyecto busca perpetuar el legado del pontífice argentino, quien como arzobispo de la ciudad entre 1998 y 2013 se destacó por su cercanía con los sectores más vulnerables, visitándolos frecuentemente y promoviendo obras sociales en los barrios más necesitados.
La iniciativa incluye la creación de comedores comunitarios, talleres de oficios para jóvenes y programas de alfabetización, financiados en parte por donaciones de la Arquidiócesis de Buenos Aires y aportes de ONGs locales. “El Papa Francisco nos enseñó que la Iglesia debe estar en la calle, con los pobres. Esto es un homenaje vivo a su mensaje”, expresó el padre Juan Isasmendi, conocido como uno de los “curas villeros”, durante el acto de lanzamiento a las 10:30. Isasmendi, quien trabajó junto a Jorge Mario Bergoglio (el nombre de pila del Papa) en la Villa 21-24, destacó que estas acciones buscan “sacudir las cosas”, como Francisco pidió a los jóvenes católicos en 2013.
La muerte del Papa Francisco generó una profunda conmoción en Argentina, donde el 26 de abril miles se reunieron en la Plaza de Mayo para una misa al aire libre frente a la Catedral Metropolitana, lugar donde Bergoglio sirvió como arzobispo. Sin embargo, muchos fieles lamentaron que nunca regresara al país durante su papado de 12 años, una ausencia que algunos atribuyen a su deseo de evitar que su presencia fuera utilizada con fines políticos. Este sentimiento de “deuda pendiente” ha motivado a comunidades como la de la Villa 31 a transformar el dolor en acción concreta.
En los últimos días, murales con la imagen de Francisco han proliferado en las villas de Buenos Aires, acompañados de frases suyas como “No se cansen de trabajar por un mundo más justo”. Según un relevamiento de la ONG Techo, las villas miseria de la ciudad han crecido un 15% desde 2020, afectadas por la inflación del 65% interanual reportada por el INDEC en abril de 2025 y la falta de políticas habitacionales efectivas. En este contexto, las iniciativas comunitarias no solo honran al Papa, sino que también buscan paliar las necesidades urgentes de los vecinos.
El lanzamiento del proyecto no estuvo exento de desafíos. Algunos vecinos expresaron en redes sociales su preocupación por la sostenibilidad de las iniciativas, temiendo que queden en promesas vacías. “Está bueno recordar a Francisco, pero necesitamos soluciones reales, no solo gestos”, escribió un usuario en X a las 11:15 del sábado. Sin embargo, la respuesta general ha sido positiva, con voluntarios de distintos barrios sumándose para colaborar. La Arquidiócesis anunció que el próximo 10 de mayo se realizará un encuentro masivo en la Villa 21-24 para planificar la expansión de los proyectos a otras zonas de la ciudad.
Mientras Argentina enfrenta múltiples crisis, el espíritu de Francisco parece seguir inspirando a quienes, desde los márgenes, luchan por un futuro más digno. Como dijo Isasmendi al cerrar el acto: “Francisco no está físicamente, pero su amor por los pobres nos guía. Que su legado nos mueva a construir una sociedad más fraterna”.