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El Merval Cae un 3% en un Contexto de Estabilidad Relativa del Riesgo País

El índice S&P Merval cerró este lunes 28 de abril de 2025 con una caída del 3%, según datos de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, en una jornada marcada por un entorno internacional complicado y algunas tensiones domésticas. Aunque el riesgo país, medido por el índice EMBI+ de JP Morgan, se mantuvo en torno a los 710 puntos –un nivel que ha oscilado poco en el último mes–, el mercado bursátil argentino no logró escapar del pesimismo global y de las dudas locales sobre el tipo de cambio, lo que llevó a una venta generalizada de acciones.

La jornada arrancó con un Merval debilitado, siguiendo la tendencia de los mercados internacionales. En Estados Unidos, los principales índices como el S&P 500 y el Nasdaq enfrentan un año complicado, con caídas acumuladas del 12,3% y un retroceso notable en tecnológicas como Tesla, que perdió un 5% en una sola sesión la semana pasada. Este clima de incertidumbre global, alimentado por expectativas de datos económicos clave y temores a políticas comerciales más duras bajo la administración de Donald Trump, ha golpeado a mercados emergentes como Argentina, que suelen ser más vulnerables a los flujos de capitales internacionales.

A nivel local, el factor cambiario jugó un rol importante en la baja del Merval. Según comentarios de analistas en redes sociales, la caída del índice se vio inicialmente impulsada por un retroceso del 1,5% en el dólar contado con liquidación (CCL), un tipo de cambio clave para los operadores bursátiles. Aunque el CCL se estabilizó hacia el mediodía, la percepción de incertidumbre cambiaria persistió. El dólar blue cerró en torno a los 1.200 pesos, manteniendo una brecha que sigue siendo un desafío para el gobierno de Javier Milei. La reciente eliminación del cepo cambiario, anunciada este mes, aún no ha generado un impacto significativo en la confianza de los inversores, y la falta de claridad sobre el rumbo económico en el corto plazo contribuyó a la cautela en el mercado.

Las acciones del panel líder reflejaron el ánimo del día. Telecom Argentina (TECO2) fue una excepción, con una suba del 2,4%, y Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA) avanzó un tímido 0,1%. Sin embargo, los papeles más representativos mostraron pérdidas: Ternium (TXAR) bajó un 2,8%, Cresud (CRES) un 2,5% y Aluar (ALUA) un 2,3%. Estas caídas evidencian las dudas que atraviesan sectores clave como el siderúrgico y el agropecuario, que enfrentan un entorno global menos favorable y políticas domésticas que aún no terminan de convencer a los inversores.

El riesgo país, que se mantuvo alrededor de los 710 puntos, no mostró grandes variaciones en las últimas semanas, según datos recientes. Este nivel, aunque lejos de los mínimos de 561 puntos alcanzados en enero de 2025, refleja una cierta estabilidad tras la fuerte caída que experimentó el indicador desde los 1.920 puntos de diciembre de 2023, cuando Milei asumió la presidencia. Aquella baja fue impulsada por una macroeconomía más ordenada y la confianza generada por medidas como el superávit fiscal de 2024. Sin embargo, la estabilización actual del riesgo país en torno a los 710-720 puntos, como se observó en las últimas semanas, sugiere que los mercados están en una etapa de espera, evaluando si el gobierno puede sostener sus logros fiscales y avanzar en reformas estructurales más profundas.

Los bonos soberanos en dólares también se vieron afectados, con caídas promedio del 1,5%. Títulos como el AL30 y el GD35 acumulan pérdidas en abril, lo que ha elevado los rendimientos exigidos por los inversores. Este movimiento refleja una menor demanda por activos argentinos, en un momento en que los capitales globales buscan refugios más seguros como el oro, que alcanzó los 3.500 dólares por onza, o el bitcoin, que superó los 90.000 dólares. A pesar de esto, la estabilidad relativa del riesgo país indica que no hay un pánico generalizado, sino más bien una pausa en el optimismo que había caracterizado a los mercados argentinos a principios de año.

En el plano doméstico, un fallo judicial reciente añadió algo de ruido al panorama fiscal. La Justicia ordenó a la ANSES recalcular los haberes jubilatorios ajustados por inflación desde 2020, utilizando el IPC, lo que podría implicar pagos retroactivos significativos. Aunque el superávit fiscal de 2024, cercano a los $600.000 millones según el ministro Luis Caputo, da cierto margen al gobierno, este tipo de decisiones judiciales genera incertidumbre sobre la sostenibilidad fiscal a mediano plazo, algo que los inversores están observando de cerca.

El contexto internacional tampoco ayuda. El apagón masivo que afecta a España, Portugal y partes de Francia desde hoy, con ciudades como Madrid y Lisboa enfrentando caos en el transporte y largas filas en supermercados, ha sumado una capa de incertidumbre a los mercados globales. El impacto económico de este evento podría tener efectos indirectos en mercados emergentes como Argentina, aunque por ahora no hay señales de un impacto directo en el Merval más allá del nerviosismo general.

En redes sociales, los usuarios y analistas financieros señalaron que la caída del Merval podría ser una corrección natural tras un período de subas sostenidas. Algunos destacaron que el índice había anticipado la recuperación del PBI en dólares en los últimos meses, pero que ahora, con dudas sobre el crecimiento global y el rumbo local, los inversores optaron por tomar ganancias. Otros pidieron calma, argumentando que la estabilidad del riesgo país en niveles de 710 puntos es una señal de que no hay una crisis inminente, sino un ajuste temporal.

Hacia adelante, el Merval podría seguir enfrentando cierta presión si persisten las dudas cambiarias y si los datos económicos globales, como el informe laboral de Estados Unidos que se publicará el viernes, confirman un enfriamiento económico. Sin embargo, la estabilidad del riesgo país sugiere que el mercado argentino aún conserva un piso sólido, construido sobre los avances macroeconómicos de los últimos meses. Para el gobierno de Milei, el desafío será mantener este equilibrio y avanzar en medidas que refuercen la confianza, mientras el mundo enfrenta un escenario cada vez más complejo.

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