Patricia Bullrich abandona el PRO y se afilia oficialmente a La Libertad Avanza este martes, en un movimiento que sacude al escenario político argentino. La exministra de Seguridad y excandidata presidencial da un nuevo salto en su carrera, alineándose con el proyecto libertario de Javier Milei, en un claro rechazo a las políticas populistas y al legado peronista-kirchnerista.
En un giro que redefine el panorama político argentino, Patricia Bullrich, figura histórica del PRO y exministra de Seguridad durante el gobierno de Mauricio Macri, formalizó este martes su afiliación a La Libertad Avanza, el partido liderado por el presidente Javier Milei. Este movimiento, que marca el sexto cambio de espacio político en su extensa trayectoria, no solo representa un duro golpe para el PRO, sino también una crítica implícita a las políticas estatistas y populistas que, según sectores promercado, han dominado la Argentina durante décadas bajo la influencia del peronismo y el kirchnerismo.
Bullrich, quien también fue candidata presidencial en las elecciones de 2023 por Juntos por el Cambio, ha defendido su decisión como un paso necesario para consolidar un frente que priorice la libertad individual, la reducción del Estado y el fin de los subsidios indiscriminados que, a su juicio, han perpetuado la dependencia y el clientelismo. En un contexto donde la inflación sigue siendo un flagelo –con un índice acumulado del 211,4% en 2023, según el INDEC– y la pobreza afecta al 41,7% de la población (dato del segundo semestre de 2023, Observatorio de la Deuda Social Argentina), la incorporación de Bullrich a La Libertad Avanza refuerza el discurso de Milei sobre la urgencia de un cambio estructural basado en principios de mercado libre.
La trayectoria política de Bullrich ha sido objeto de debate por sus múltiples cambios de rumbo. Desde sus inicios en el peronismo en los años 70, pasando por la creación de Unión por Todos, su paso por la Alianza en los 90, y su rol clave en el PRO, hasta llegar a esta nueva etapa libertaria, su capacidad de adaptación ha sido tanto alabada como criticada. Sin embargo, en esta ocasión, su decisión parece alinearse con una visión que repudia las políticas intervencionistas del pasado, especialmente las asociadas al kirchnerismo, que entre 2003 y 2015 incrementaron el gasto público en un 60% del PBI, según datos del Ministerio de Economía de la época, dejando un legado de déficit fiscal crónico.
Este pase político también llega en un momento de tensión interna dentro del PRO, donde las diferencias entre los sectores más moderados y los alineados con posturas de derecha dura se han profundizado. La salida de Bullrich podría debilitar aún más a un partido que busca redefinirse tras la derrota electoral de 2023, mientras La Libertad Avanza capitaliza su llegada para sumar experiencia y peso político en su gestión. En un país donde el 60% de los ciudadanos, según encuestas de Poliarquía de 2024, reclama un cambio de rumbo económico hacia la desregulación y la apertura comercial, la incorporación de Bullrich puede ser vista como un intento de consolidar ese apoyo.
Desde el entorno de Milei, se celebra esta alianza como un paso hacia la construcción de un bloque que enfrente sin titubeos las ideas socialistas y populistas que, según el oficialismo, han hundido a la Argentina en la crisis. Mientras tanto, el peronismo y el kirchnerismo, relegados a un rol opositor, ven con preocupación cómo figuras de peso abandonan los espacios tradicionales para sumarse a un proyecto que promete desmantelar el modelo de Estado presente que defendieron por años. El futuro político de Bullrich, ahora bajo la bandera libertaria, será clave para medir si este cambio es un acierto estratégico o un nuevo capítulo de su historial de saltos políticos.