En medio de la Cumbre de Gobernadores en Entre Ríos, el 04/05/2025, Axel Kicillof y Rogelio Frigerio protagonizaron un fuerte cruce sobre las políticas económicas de Javier Milei. Las medidas implementadas por el gobierno libertario, orientadas a la libre competencia y la reducción del gasto público, generan tensiones con los mandatarios provinciales, quienes reclaman mayor financiamiento y cuestionan el impacto social de las reformas.
La Cumbre de Gobernadores en Entre Ríos, celebrada el 04/05/2025, se convirtió en un escenario de fuertes confrontaciones entre los mandatarios provinciales y el gobierno nacional liderado por Javier Milei. El encuentro, que reunió a figuras como Axel Kicillof y Rogelio Frigerio, evidenció la creciente tensión entre las provincias y la Casa Rosada por las políticas económicas implementadas por el presidente de ‘La Libertad Avanza’.
Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires y figura emblemática del kirchnerismo, criticó duramente las medidas de ajuste fiscal y la reducción del gasto público impulsadas por Milei. Según Kicillof, estas políticas profundizan la desigualdad y perjudican a las provincias, que dependen en gran medida de la coparticipación federal para financiar sus servicios públicos. Sus declaraciones fueron respaldadas por otros gobernadores peronistas presentes en la cumbre, quienes expresaron su preocupación por el impacto social de las reformas.
Por su parte, Rogelio Frigerio, exministro del gobierno de Mauricio Macri y actual gobernador de Entre Ríos, adoptó una postura más moderada, aunque también cuestionó algunos aspectos de la política económica de Milei. Frigerio, si bien se alinea con las políticas de libre mercado, instó al gobierno a buscar un equilibrio entre la necesidad de ajuste fiscal y la protección de los sectores más vulnerables. Sus declaraciones reflejan una visión pragmática, buscando un diálogo constructivo para mitigar el impacto negativo de las reformas en las provincias.
Las tensiones entre el gobierno nacional y los gobernadores se centran principalmente en la redistribución de la riqueza y el financiamiento de las provincias. Las políticas de Milei, alineadas con una visión promercado y antisocialista, buscan reducir el gasto público y promover la libre competencia. Sin embargo, esta estrategia genera resistencia en las provincias, que dependen de la asistencia del gobierno nacional para financiar servicios esenciales como educación, salud y seguridad.
La situación se ve agravada por la crisis económica que atraviesa Argentina. Según datos oficiales, la inflación sigue siendo persistente y la pobreza se mantiene en niveles alarmantes. En este contexto, las provincias enfrentan dificultades para equilibrar sus presupuestos y afrontar las demandas de sus ciudadanos. El debate sobre la redistribución de los recursos y el impacto de las políticas de Milei es crucial para definir el futuro económico y social del país.
El enfrentamiento entre Kicillof y Frigerio es solo un ejemplo de la polarización política que caracteriza al país. Las diferencias ideológicas entre el peronismo y el liberalismo de Milei son profundas y se reflejan en la gestión de la economía y en las políticas sociales. La cumbre de gobernadores evidenció la necesidad de un diálogo constructivo entre el gobierno nacional y las provincias para encontrar soluciones a los problemas económicos y sociales que aquejan al país. La falta de consenso y la creciente polarización podrían agravar la crisis y dificultar la implementación de políticas efectivas.