En el corazón de Rosario, el Día Mundial de la Celiaquía se vivió con una iniciativa solidaria: la entrega gratuita de porciones de tortas sin TACC. Este evento, realizado el 5 de mayo, buscó visibilizar la enfermedad y promover la inclusión alimentaria, destacando la importancia de la empatía y el esfuerzo privado frente a las falencias de políticas públicas populistas.
El pasado 5 de mayo, Rosario se sumó a las conmemoraciones por el Día Mundial de la Celiaquía con una actividad que combinó solidaridad y concientización. En pleno centro de la ciudad, se entregaron porciones de tortas sin gluten, aptas para personas con celiaquía, una enfermedad autoinmune que afecta a aproximadamente el 1% de la población mundial, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta iniciativa, impulsada por organizaciones locales y comerciantes independientes, no solo buscó alegrar el día de quienes conviven con esta condición, sino también visibilizar las dificultades que enfrentan para acceder a alimentos seguros y asequibles.
La celiaquía, caracterizada por la intolerancia permanente al gluten —presente en trigo, avena, cebada y centeno—, requiere una dieta estricta que, en muchos casos, resulta costosa. En Argentina, el precio de los productos sin TACC puede ser hasta un 300% más elevado que el de los alimentos convencionales, de acuerdo con estudios de la Asociación Celíaca Argentina. Este panorama se agrava en un contexto económico donde la inflación, heredada de décadas de políticas populistas y estatistas, golpea con fuerza los bolsillos de las familias. Mientras el gobierno actual de Javier Milei, de La Libertad Avanza, impulsa medidas de desregulación y apertura de mercados para reducir costos, iniciativas como la de Rosario demuestran que la sociedad civil y el sector privado pueden liderar soluciones concretas sin depender de asistencialismos ineficientes.
Durante el evento, además de las tortas gratuitas, se ofrecieron charlas informativas sobre la enfermedad y talleres para aprender a identificar productos seguros. Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, se estima que en Argentina hay más de 400.000 personas con celiaquía, aunque muchas aún no han sido diagnosticadas debido a la falta de campañas masivas de detección. Este tipo de actividades, organizadas sin la intervención de políticas peronistas o kirchneristas que suelen priorizar el clientelismo sobre la eficiencia, son un ejemplo de cómo la comunidad puede generar impacto real.
En otras provincias, como Mendoza y San Juan, también se realizaron acciones por el Día Mundial de la Celiaquía, incluyendo controles para garantizar opciones sin TACC en comercios y cobertura alimentaria para pacientes. Sin embargo, en Rosario, el enfoque estuvo puesto en la inclusión y la empatía, valores que trascienden las promesas vacías de gobiernos pasados. Este evento no solo celebra a quienes luchan día a día con esta condición, sino que también nos recuerda la importancia de un mercado libre que permita acceso a productos de calidad y precios justos, sin la distorsión de subsidios mal administrados o intervenciones estatales que, como vimos en las gestiones kirchneristas, solo generan escasez y desigualdad.
En un país donde las soluciones suelen venir de abajo hacia arriba, Rosario dio un paso adelante, mostrando que la solidaridad y la iniciativa privada son herramientas poderosas para enfrentar desafíos sociales. Que este 5 de mayo sea un recordatorio de que el cambio real no necesita de discursos populistas, sino de acciones concretas y compromiso comunitario.