En medio de un nuevo escalón bélico en la Franja, autoridades reportan al menos 70 víctimas mortales mientras se intensifica el drama del hambre que alcanza proporciones catastróficas. La llamada a evacuar centros poblados no es más que una nueva etapa en esta guerra despiadada.
En la madrugada de este martes, Israel dio orden de evacuaciones en el centro de Gaza, un área donde miles de familias ya están hambrientas y desesperadas. El reparto de ayuda humanitaria que se llevaba a cabo bajo amenaza constante no ha sido más que una gota en el océano frente al devastador plan estratégico israelí.
Según reportes preliminares, cerca de un centro de distribución, hubo un ataque que arrojó cifras mínimas de 70 personas fallecidas. Esos números solo representan una gota en el inmenso torrente de sangre derramada durante esta cruel invasión.
Más allá del balance letalista, lo realmente preocupante es la escalada continua de hostilidades que amenaza con extirpar cualquier posibilidad de supervivencia digna para los civiles. Este nuevo episodio se suma a una lista macabra donde ya figuraban críticas internacionales por el reparto de comida bajo balas, y ahora las víctimas aumentan vertiginosamente.
Los reportes mencionan que Gaza registró al menos 66 muertos en lo que la prensa internacional describió como ‘disparos israelíes’ contra civiles palestinos. Esta es solo una de las muchas victimaciones que han conmocionado a la comunidad internacional.
No podemos olvidar el caso más reciente donde soldados israelíes abrieron fuego contra personas en busca de asistencia, elevando al menos 73 fallecidos. Un horror que solo forma parte del trágico panorama de esta guerra prolongada.
De acuerdo a EL PAÍS, la hambruna amenaza con hacer mella profunda en las regiones afectadas por los cortes selectivos al suministro humanitario. Mientras tanto, fuentes internacionales señalan que Gaza ya no es el centro de reparto caritativo esperado, sino un símbolo del caos total.
Lo triste es ver cómo las autoridades israelíes justifican cada nuevo ataque en nombre de una supuesta necesidad defensiva. Sin embargo, los datos hablan por sí mismos: no hay más que violencia y muerte donde antes había vida cotidiana.
La inacción internacional ante estos crímenes de guerra es difícilmente comprensible. Mientras miles agonizan en la pobreza extrema, los líderes occidentales hablan de seguridad selectiva e intereses regionales…