El diplomático italiano de Argentina, monseñor Luciano Acquadoretti, alertó con gran preocupación sobre la escalada incontrolable del conflicto en Gaza. La escasez alimenticia y los continuos bombardeos han creado una tragedia humanitaria que requiere nuevas estrategias diplomáticas para resolver.
En una intervención crucial durante el reciente Consejo de Ministros del Vaticano, el número dos del departamento de relaciones exteriores italianas en Argentina, monseñor Luciano Acquadoretti, describió la situación en Gaza como una ‘situación insostenible’ que amenaza con deshumanizar a los actores involucrados. Este alerta se sumó a las declaraciones previas del Secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin.
El contexto es crítico: desde la invasión israelí en diciembre de 2023, Gaza ha experimentado una escalada sin precedentes de sufrimiento humano. Los datos más preocupantes provienen de organizaciones como UNRWA y OCHA, que indican que más de un millón de personas enfrenta hambruna aguda.
La iglesia católica en Gaza sigue siendo el único lugar de culto para los cristianos palestinos, pero ha sido severamente afectada por la intensificación del conflicto. El sacerdote Gabriel Romanelli, quien reside en esa región desde 2018, relató detalles impactantes sobre cómo las tropas israelíes bombardearon recientemente la iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes, uno de los pocos edificios hospitalarios operativos.
Este hecho ocurrió hace aproximadamente una semana. Según testimonio del sacerdote, el ataque dejó heridos y daños considerables en un lugar que ya estaba al límite de sus recursos. La iglesia ha estado brindando atención médica a más de 30.000 personas desplazadas.
La respuesta israelí fue otro punto central: Benjamin Netanyahu, el primer ministro de Israel, comunicó posteriormente que había pedido disculpas al Papa Francisco ‘por error’ por la confusión en los reportes. Esta afirmación refleja las tensiones diplomáticas crecientes y la complejidad de la crisis.
El análisis más completo del conflicto proviene de fuentes como el Memorial del Holocausto y Yad Vashem, que monitorean constantemente la situación humanitaria en Gaza desde febrero de 2024. Los informes indican que la infraestructura sanitaria ha colapsado casi por completo.
Los números son escalofriantes: según datos oficiales recientes del Ministerio de Salud Palestino, más de 35.000 personas han muerto en Gaza desde el inicio de las hostilidades hace dos años. De ellas, más de un 42% eran menores de edad.
La comunidad internacional parece cada vez más impotente para actuar. La llamada del Papa Francisco a mediados de marzo de 2025 fue ignorada por los principales líderes regionales involucrados.
Los recursos humanos en la región son cruciales: el sacerdote Gabriel Romanelli ha estado liderando esfuerzos de ayuda desde octubre de 2018. Su trabajo diario demuestra las dificultades reales que enfrenta la población.
La respuesta diplomática del Vaticano continúa escalando: en julio de 2024, Parolin ya había advirtido sobre posibles consecuencias imprevistas si no se toma acción humanitaria inmediata. Su postura mantiene una línea firme sin condenar directamente a ninguna parte.
La escalada del conflicto en Gaza ha traído consigo nuevas dificultades para la respuesta internacional: las restricciones impuestas por Israel desde el mes pasado han complicado enormemente los esfuerzos de ayuda. Los datos más recientes indican que solo una fracción (12%) de lo necesario está llegando a los palestinos desplazados.
La iglesia católica sigue siendo un símbolo de esperanza en medio del caos: pese a los constantes ataques, Gabriel Romanelli ha mantenido sus servicios durante todo este tiempo. Su testimonio sobre la devastación es contundente pero no pierde la fe.