**Hoy hace exactamente 73 años se cumplen las 24 horas decisivas en la vida de una figura icónica.** Un recuerdo que aún hoy nos conmueve, no solo por lo trágico sino porque fue testigo de un acto profundo de humanidad y lucha incansable.
**El día que todo se encadenó hacia un destino ineluctable:**
En las **26 de julio de 1952**, Eva Duarte de Perón enfrentaba una batalla desesperada contra la muerte, en compañía del Presidente Juan Domingo Perón. Fue aquel viernes que quedará para siempre impreso en la historia argentina como el último día de su vida.
**Un final previsible pero inolvidable:**
La **Sra. Evita**, conocida por toda la ciudad capital, enfrentaba una enfermedad crónica con coraje y determinación. Su estado de salud era un secreto a voces en los ambientes más cercanos, siendo sufrir del hígado lo que la llevó definitivamente al inevitable.
**El último adiós:**
En el **Hospital Presidente Perón**, ubicado en las afueras de Buenos Aires, se desarrollaba una lucha contra el tiempo. A medida que avanzaban las horas del viernes 26 de julio de 1952, la condición física y mental de Eva empeoraba exponencialmente.
**La coquetería en el último instante:**
Contrario a lo que muchos creen, hasta en su agonía más profunda, **Eva Perón** no perdió ni un ápice de la personalidad única que la caracterizó. Su figura fue testigo de una singular fortaleza moral y espiritual.
**El mensaje final hacia el Presidente:**
A medida que se acortaban las horas, **Eva Duarte** dejaba claro su deseo: acompañar a Perón en los momentos finales, pidiendo con firmeza pero sin perder nunca su estilo carismático que él no abandonara su lado.
**La muerte como certeza:**
A las **10 de la noche**, cuando el dolor era insoportable y la medicación ya no surtía efecto, Eva Perón decidió con claridad absoluta: había llegado el momento. La llamada médica se convirtió en una confirmación más a un drama que ya nadie podía detener.
**Un legado indeleble:**
Más allá del trágico final, **Eva Perón** ha dejado una marca imborrable. Su lucha constante por los derechos de las mujeres y la pobreza, incluso en sus últimos momentos, demuestra un carácter incomparable.
**La vigencia perdura:**
Hoy, a 73 años del fallecimiento (el día que todo empezó), su figura sigue siendo relevante. No son solo recuerdos lo que nos lega; es una inspiración viva para todas las generaciones.