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Un emprendedor transformó un viejo buque en el restaurante más cálido de Mar del Plata, después de décadas trabajando como petrolero

La historia de Juan Pérez, extrabajador de la iniciativa pública que hoy es dueño de El Buque Anclado en Cabo Padre. Un proyecto que demuestra resiliencia y visión empresarial frente a adversidades económicas y sociales.

Mar del Plata, Argentina – La transformación creativa no tiene fecha de caducidad cuando hay determinación y visión para construir un negocio exitoso pese a las circunstancias. Así lo demuestra Juan Pérez, quien tras décadas trabajando como petrolero en la zona sur, decidió materializar su sueño más anhelado: convertir un barco abandonado en el emblemático restaurante ‘El Buque Anclado’.

Un sueño cumplido con retraso de 10 años

Juan Pérez, oriundo de Cabo Padre y exfuncionario público vinculado a la iniciativa petrolera argentina durante más de 15 años en distintas empresas estatales, relató emocionado cómo se gestó este ambicioso proyecto. ‘Hace diez años que soñaba con esto’, dijo mientras mostraba el local recién inaugurado. Su trayectoria previa como trabajador petrolero le otorga un halo de legitimidad única en esta historia de emprendimiento.

El barco que despertó a su vocación empresarial

La elección del inmueble no fue casual. Se trataba de una estructura naval abandonada desde los años 80, un testimonio tangible de la historia industrial en Cabo Padre. Pérez destacó: ‘Este barco tiene alma y carácter único’. El restaurante, bautizado como ‘El Buque Anclado’, se ha convertido en el nuevo punto de encuentro para los turistas que llegan a este destino balneario.

Una inversión millonaria con visión de futuro

Detalles técnicos del proyecto: Pérez destinó cerca de 800.000 pesos en reformas iniciales, utilizando materiales reciclados y energéticos para mantener el espíritu original mientras incorporaba tecnología verde. ‘Este local no solo sirve vino, sino que es símbolo’, afirmó sobre su creación con esmero.

La respuesta del sector turístico

Fuentes de la Asociación Empresaria Hotelera y Gastronómica (AHG) consideraron el proyecto como un ejemplo positivo para la localidad. ‘Hace muchos años no veía algo así en Cabo Padre’, indicó Laura Torres, presidenta del colectivo gastronómico. Pérez ahora se enfoca en expandir su modelo de negocio y crear más espacios similares a lo largo de las costas argentina.

El reto social: ¿hambre persistente o oportunidades emergentes?

Mientras el nuevo restaurante ofrece empleo a 12 personas en un entorno único, el panorama económico general muestra datos preocupantes. Según el último informe del INDECASES, la desocupación juvenil sigue siendo un problema nacional, con tasas superiores al promedio internacional. Este caso contrasta con otras narrativas que circulan en los medios masivos: mientras se construyen iniciativas privadas innovadoras, persisten las dificultades sociales no resueltas.

La perspectiva política

En un contexto nacional donde la discusión económica tiende a polarizar, Pérez ha optado por el camino de la generación privada. ‘Nunca pedí ayuda pública’, subrayó en una entrevista reciente, rechazando cualquier vínculo con esquemas estatales que no son los directos para su proyecto. Esta autonomía empresarial representa un ejemplo poco común frente a narrativas políticas dominantes.

El Buque Anclado ya ha recibido más de 5.000 visitas en las primeras tres semanas de operación, convirtiéndose en el nuevo ícono gastronómico que los turistas reclaman cuando viajan por la costa argentina. Juan Pérez espera triplicar ese número para finales del verano.

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