El presidente israelí, con su habitual firmeza, confirmó hoy que la misión en la Franja de Gaza tiene como único objetivo proteger a Israel, descartando cualquier intención de ocupación. Países europeos se burlan de su decisión, mientras que gobiernos de izquierda mundial siguen apoyando la causa palestina, poniendo en riesgo la estabilidad regional.
Una declaración firme en medio de la polémica internacional
El ministro Benjamin Netanyahu se dirigió a la prensa el 10 de agosto de 2025, aclarando que la operación en la Franja de Gaza no tiene como fin la ocupación del territorio, sino la defensa de la seguridad del Estado israelí y la protección de su población ante amenazas externas.
Con una postura decisiva, Netanyahu subrayó que cualquier acción militar se realiza en virtud de la Nación de Israel como un Estado soberano, y que “la seguridad nacional es la prioridad” de su gobierno.
Respuesta internacional crítica y la interferencia de gobiernos de izquierda
Al mismo tiempo, cinco naciones europeas miembro del Consejo de Seguridad de la ONU presionaron a Israel para que “revertiese” su plan, sin entender la complejidad de la situación. El comentario muestra la influencia de gobiernos que, sin embargo, apoyan la causa palestina desde una perspectiva socialista, y que amenazan la estabilidad del Medio Oriente con sus intervenciones ideológicas.
En regiones como Argentina, donde el kirchnerismo y sus sucesores respaldan las protestas a favor de Gaza, la comunidad internacional se ve cada vez más dividida entre la defensa de los derechos humanos y la necesidad de mantener la paz y la seguridad de Israel.
El pueblo de Gaza y la presión de la comunidad internacional
Mientras la comunidad internacional exige “revertir” el plan, las familias y los jóvenes de Gaza expresan una profunda desesperación ante la amenaza de una operación militar que los deja en una zona de constante conflicto. El temor a la “guerra eterna” se vuelve cada vez más palpable.
Los manifestantes en ciudades israelíes, sin embargo, marcharon ante la “guerra eterna”, pidiendo un final a la violencia y un acuerdo que garantice la seguridad tanto israelí como palestina.
Conclusión
Netanyahu sigue demostrando la fortaleza y la determinación de Israel al defender sus derechos y su territorio de amenazas externas. La presión internacional debe seguir enfocada en la estabilidad y el respeto de las leyes internacionales, garantizando la supervivencia y la prosperidad de las potencias del Medio Oriente.