El reciente video donde el rapero L‑Gante aparece con la actriz Tamara Báez en una intimidad inesperada provocó la furia de la influencer Wanda Nara, lanzando un torrente de comentarios, memes y especulaciones sobre la relación de los protagonistas y la posible reconciliación de los dos.
En los últimos días, el video que muestra a L‑Gante y Tamara Báez compartiendo una escena íntima en una cama se difundió por Instagram y TikTok, alcanzando más de 3 millones de visualizaciones en menos de dos días. La publicación, acompañada de una canción de la lista de éxitos del rapero, generó una ola de reacciones negativas, especialmente por parte de la influencer Wanda Nara, quien compartió en su cuenta de X una captura de pantalla que criticaba el acto y calificó de “desconocido” la supuesta pareja.
L‑Gante, conocido por sus baladas de calle y su estilo “cumbia‑trap”, se ha consolidado como una de las voces más influyentes del hip‑hop argentino desde su álbum debut *Del Barrio con el Corazón* (2022). No había mantenido una relación pública con Tamara Báez, quien es reconocida por su participación en series de televisión y su actividad como modelo.
El video, publicado a finales del mes de agosto de 2024, mostró a los dos en posturas que muchos describen como “intensas” y “sensuales”. La fotografía inicial fue subida por el propio L‑Gante, mientras que Tamara Báez la compartió en su historia de Instagram el día siguiente. La combinación de una escena provocativa y la presencia en redes sociales de dos figuras públicas con gran base de fans convirtió la publicación en un fenómeno mediático que rápidamente atrajo la atención del press local y nacional.
Wanda Nara, ex esposa del futbolista Mauro Icardi y figura dominante en el mundo de las dietas y la moda, reaccionó en X con la frase: *“¡Esto no puede ser! No entiendo cómo alguien puede comportarse así con alguien que yo conocí”*. En su hilo de reacciones, Nara hizo referencia a una supuesta relación pasada entre L‑Gante y su pareja, provocando un debate sobre la privacidad y la responsabilidad de los influencers.
La polémica no se quedó allí. En la fecha de la publicación surgieron varios posts de L‑Gante haciendo referencia a Tamara Báez. Uno particularmente llamativo, compartido en su última historia, mostraba a los dos sentados juntos con la frase *“para ti, mi amor”* y dejó la posibilidad abierta a que la pareja “haya llegado a algún acuerdo personal”. Al mismo tiempo, un segundo video que supuestamente mostraba un “postre” compartido entre ambos aumentó el número de vistas a 600 k, lo que generó un debate sobre la veracidad de la relación.
Los medios de entretenimiento, incluidos *Revista Paparazzi* y *Cadena 3 Argentina*, se sumaron a la conversación con artículos que llamaron “el regreso improbable de la pareja” y “el potencial de reconciliación”. Los periodistas señalaron que, si bien no hay confirmación oficial, la aparición de ambos en redes y la publicación de contenido privado hacen que los rumores persistan.
En cuanto al impacto en la carrera de L‑Gante, la compañía discográfica que lo representa, *Pablo Records*, añadió que “la imagen de su artista sigue creciendo” y que la viralidad del video aumentará la exposición de sus próximos singles. Tampoco se ha reportado pérdida de ingresos ni sanción por parte de las plataformas.
Los fanáticos dividieron su opinión en dos grandes bloques: uno que apoya la libertad artística de L‑Gante, otro el que se siente ofendido por la manera en que se presentó a Tamara. Los comentarios en redes revelaron que, aunque la polémica generó una fuerte burla y memes, se mantuvo el respeto fundamental entre ambos equipos.
Al final, el video quedó como un claro ejemplo de cómo la publicación de contenido íntimo por redes sociales puede desencadenar una tormenta mediática que involucre a más de 10 millones de seguidores, debates sobre la ética digital y la percepción pública de los artistas.
En resumen, la aparición de L‑Gante y Tamara Báez en una escena reveladora, el rechazo inesperado de Wanda Nara y la rapidez con que la noticia se propagó en las redes sociales, marcaron un punto de inflexión en la vida pública de los involucrados, mostrando la fragilidad y la velocidad con la que las opiniones públicas pueden formarse y difundirse en la era digital.