Después de la goleada 1‑1 en La Bombonera, el técnico de Boca se dio a conocer ante la prensa con una decisión que sorprende al público y al club, marcando un nuevo rumbo para la camiseta azul y oro.
El miércoles 9 de agosto, Boca Juniors se empataron 1‑1 con Racing en un clásico que dejó a los hinchas con ganas de más. El partido, celebrado en el estadio tradicional, contó con la asistencia de 35 000 fanáticos, la cifra máxima del recinto.
Durante la conferencia de prensa posterior al encuentro, el director técnico Manuel Russo dejó escapar las palabras que antes se esperaban. Ante un silencio cargado de expectación, el presidente del club emitió un comunicado donde se anuncia una nueva postura de Russo: continuará al frente del equipo, pero con la finalidad de reestructurar el cuerpo técnico, incluyendo la incorporación de un entrenador especializado en fútbol ofensivo.
El cambio se interpreta como una respuesta inmediata a la presión de la afición tras la polémica derrota a las finales de la Copa Argentina, donde el gol de Victoria en tiempo extra generó debate sobre la estrategia defensiva actual de Boca. Russo aseguró que su objetivo es volver a “hacer vibrar” a la hinchada y recuperar la confianza en el proyecto deportivo.
Con el compromiso de mantener la filosofía de juego que distingió al Club en los últimos años, el jefe técnico planea introducir a dos especialistas: un analista táctico internacional y un entrenador de velocidad de la segunda mitad. Se espera que la nueva plantilla se presente al público el 12 de agosto en un evento especial.
La decisión de Russo marca una fase de transición que los fanáticos y los expertos analistas seguirán de cerca, pues el club desea volver a su rendimiento óptimo y alcanzar la gloria en la próxima edición de las copas nacionales e internacionales.