En la capital china, un creciente número de jóvenes elige pagar por una plaza en oficinas elegantes, fingiendo trabajar y así cumplir con los rígidos estándares laborales de sus familias y la sociedad. Este fenómeno revela la presión extrema por la estabilidad profesional y la cultura de la apariencia que domina el mercado laboral chino, dejando a muchos estudiantes y emprendedores sin empleo real, pero con un currículum que aparenta.
Introducción
En el competitivo mercado laboral chino, un número creciente de jóvenes busca pagar por acceso a oficinas de aspecto profesional para fingir que trabajan, una práctica que ha llamado la atención de medios y académicos.
Contexto socioeconómico
El desempleo entre los jóvenes recientemente graduados permanece por encima del promedio nacional, mientras que las empresas siguen exigiendo un compromiso de tiempo completo con horarios extensos y la cultura del “trabajo a tiempo completo” sigue en pie.
Cómo funciona el “trabajo de fachada”
Los usuarios pagan una tarifa mensual que les permite usar las instalaciones de una firma de coworking o consultora, a veces compartida con otros, de una empresa establecida. En la entrada reciben una tarjeta corporativa o un nombre de empresa ficticia que pueden colocar en sus perfiles profesionales.
Reacciones y perspectivas
Expertos en recursos humanos expresan que la práctica puede aumentar el estrés y dificulta el desarrollo de habilidades reales, mientras que las autoridades locales han comenzado a revisar la regulación de coworking para evitar usos indebidos como fachada de empleo.
Datos y perspectivas con referencia verificada
Algunos estudios académicos han señalado que la práctica ha experimentado un crecimiento notable en los últimos años, aunque las cifras exactas varían según la fuente.