El parlamento uruguayo ha dado un paso decisivo hacia la legalización de la eutanasia, con su Cámara de Diputados aprobando el proyecto y enviándolo al Senado. Este movimiento coloca a Uruguay entre los pocos países que contemplan leyes de muerte asistida, generando voces a favor y críticas que ponen al debate ético y médico en el centro de la agenda nacional.
La apuesta política: el paso de la Cámara a la Casa Grande
Aprueba la Cámara
El 3 de marzo de 2025, la Cámara de Diputados votó a favor del proyecto de ley que autoriza la eutanasia bajo criterios estrictos de consentimiento y diagnóstico terminal. Con 131 votos a favor y 3 en contra, el texto avanza a la siguiente etapa legislativa.
El Senado se prepara
Posteriormente, el Senado se dispone a analizar el proyecto. Se prevé un debate que incluirá a expertos en medicina, éticos y representantes de organizaciones de derechos humanos. La expectativa es que el Senado emita una resolución para el 15 de marzo de 2025.
¿Qué regula la nueva ley?
- Derecho a la muerte asistida solo para pacientes con diagnóstico terminal y sufrimiento incesante.
- Procedimiento clínico supervisado por un equipo multidisciplinar.
- Requisitos de consentimiento informado y revisión por una comisión de ética.
- Protección de la vulnerabilidad a través de garantías legales.
Recepción social y contexto internacional
Este trámite coloca a Uruguay entre la poca lista de países que contemplan la eutanasia legalmente, como los Países Bajos, Bélgica, Canadá y la Suiza. En Latinoamérica, la iniciativa es inédita, generando un fuerte debate en medios y la sociedad.
Organizaciones de derechos civiles aplauden la ampliación de la autonomía individual, mientras grupos religiosos y activistas éticos expresan reservas sobre la seguridad y la posible presión sobre pacientes vulnerables.
Próximos pasos y posible firma presidencial
Si el Senado aprueba el texto, el presidente Luis Lacalle Pou deberá firmarlo. Se anticipa que la firma se realizará el 25 de marzo de 2025, convirtiéndose en la primera ley de eutanasia en la región.
Conclusión
El avance de Uruguay en este tema plantea un nuevo paradigma en la gestión de la dignidad humana, poniendo a la nación en el epicentro de una discusión global de profundo impacto social y ético.