La American Heart Association actualizó sus pautas en 2025, subrayando la importancia de hábitos saludables y un enfoque de tratamiento adaptado a cada paciente. El objetivo es reducir la carga de la hipertensión global y mejorar la calidad de vida.
El 17 de agosto de 2025, la AHA publicó su última guía para la prevención y manejo de la hipertensión, incorporando cuatro pilares esenciales: control de la presión sistólica/diastólica con metas de 25, limitación de sodio a 2300 mg/día (o 1500 mg para riesgo cardiovascular elevado), y entrenamiento cardiovascular 150 min/semana de intensidad moderada. Además, la guía recomienda disminuir el consumo de alcohol a no más de 2 tragos diarios para hombres y 1 para mujeres, mejorar la calidad del sueño con 7‑8 h diarias y gestionar el estrés mediante técnicas de respiración y terapia cognitiva. La medicina personalizada toma en cuenta factores genéticos, comorbilidades y respuesta individual a fármacos. En cuanto a la pharmacología, los diuréticos tiazídicos, inhibidores de la ECA, bloqueantes del receptor de angiotensina II y bloqueadores de los canales de calcio siguen como primer escalón; el segundo escalón incluye ARN, inhibidores de la ACE‑2, y terapias de bloqueo de la renina. Los pacientes se aconsejan seguir un plan de monitorización casera de presión arterial con mediciones diarias y registro de cifras; cada 6 meses se vuelve a evaluar el tratamiento. La guía enfatiza que la adherencia al estilo de vida puede reducir la necesidad de medicación en un 30 % según estudios recientes. En síntesis, el 2025 de la AHA plantea una visión integral de la hipertensión que combina hábitos sostenibles, tecnología de seguimiento y farmacoterapia a medida para lograr mejores resultados en salud cardiovascular.