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Dosis de salud: dieta mediterránea reduce la glucosa en adultos con diabetes tipo 2

La investigación reciente confirma que la adopción de un régimen alimenticio inspirado en la dieta mediterránea puede bajar los niveles de glucosa y mejorar el control de HbA1c en personas con diabetes tipo 2. Este enfoque, basado en alimentos integrales, grasas monoinsaturadas y un alto contenido de fibra, ofrece una alternativa segura y sostenible.

La diabetes tipo 2 se caracteriza por la resistencia a la insulina y la hiperagregación de glucosa en sangre. Los especialistas de la Asociación Americana de Diabetes (ADA) publicaron en 2022 una guía que destaca la eficacia de la dieta mediterránea en el manejo glucémico. Estudios randomizados con seguimiento de hasta 12 meses revelan una reducción media de 0,6 puntos porcentuales en HbA1c cuando el paciente sigue esta pauta. Además, se observó una caída del 25 % en la glucosa basal y un descenso del 15 % en la insulina requerida.

Principios clave de la dieta mediterránea:
– Mayor consumo de: verduras de hoja verde, frutas, legumbres, frutos secos, aceite de oliva y pescado.
– Limitación de azúcares simples, productos lácteos enteros, carnes rojas y alimentos procesados.
– Proporción de macronutrientes: 45‑55 % carbohidratos complejos, 25‑35 % grasas buenas, 15‑20 % proteínas.

El efecto positivo se explica por la alta carga glucémica baja, el rico contenido de fibra y los antioxidantes que modulan la respuesta inflamatoria. La fibra ralentiza la absorción de glucosa y favorece la sensibilidad a la insulina, mientras que los ácidos grasos monoinsaturados del aceite de oliva reducen la resistencia.

Recomendaciones prácticas:
1. Sustituir las harinas refinadas por quinoa, bulgur o arroz integral.
2. Incorporar al menos dos porciones de pescado al mes.
3. Utilizar aceite de oliva extra virgen como grasa principal.
4. Incluir legumbres (lentejas, garbanzos) en cada comida.
5. Limitar bebidas azucaradas y optar por agua o infusiones sin azúcar.

El cambio de estilo de vida no es la única herramienta; la combinación con actividad física moderada (caminata 150 min semanalmente) potencia los resultados. Los estudios demuestran que la combinación dieta y ejercicio reduce la HbA1c en 0,8 puntos en promedio.

Los nutricionistas recomiendan comenzar con ajustes graduales y monitorear la glucosa de manera frecuente, especialmente en los primeros 2‑3 meses. Si el paciente experimenta hipoglucemia, es aconsejable ajustar la ingesta de carbohidratos. El seguimiento por especialistas permite afinar la dieta según las necesidades individuales.

En conclusión, la dieta mediterránea se posiciona como una estrategia robusta y respaldada por evidencia para controlar mejor la glucosa y mejorar la calidad de vida de los adultos con diabetes tipo 2.

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