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Aguja en la región: 19 de agosto los destructores estadounidenses despliegan frente a Venezuela y el régimen moviliza 4.5 millones de milicianos

El 19 de agosto de 2025, una flota de destructores estadounidenses se acercó a la costa venezolana, desencadenando una oleada de alarmas regionales. En medio de la crisis, el gobierno de Maduro anunció la movilización de 4.5 millones de milicianos, prometiendo armas y misiles en una respuesta que intensifica la tensión entre ambos bandos y el mundo.

Escenario geopolítico

La presencia de buques de guerra de la Armada de Estados Unidos en el Caribe, a menos de 50 km de la costa venezolana, marcó el punto de inflexión más significativo de la relación bilateral en la última década. La operación, denominada Operación Caribe XXI, fue coordinada por el Departamento de Defensa y ejecutada por la flota de la zona, compuesta por cuatro destructores de la clase Arleigh Burke.

Despliegue naviero de EE. UU.

En el 19 de agosto de 2025, la flota entró en el área de influencia venezolana, generando un aumento de la vigilancia aérea y marítima en la región. Los destructores, equipados con misiles Tomahawk y sistemas de defensa aérea Aegis, enviaron señales de advertencia a Caracas y se comunicaron con la embajada de EE. UU. en la ciudad, solicitando una reunión de alto nivel.

Respuesta de Maduro y movilización interna

El presidente Nicolás Maduro reaccionó anunciando la movilización de 4.500 000 milicianos, cifra que representa a casi el 15 % de la población adulta del país. Se afirmaron los planes de reforzar las instalaciones militares con fusiles de asalto y misiles de corto alcance, bajo la etiqueta de “defensa integral del territorio”.

Reacciones regionales e internacionales

Los gobiernos aliados en el bloque ALBA‑TCP, junto con la Comisión de Seguridad Cooperativa de la Organización de Estados Americanos (OEA), expresaron su profunda preocupación y llamaron a la desescalada. Por su parte, la Asamblea General de las Naciones Unidas convocó urgente sesión de diálogo, con el objetivo de establecer un mecanismo de confianza y evitar un conflicto a gran escala.

Perspectivas y posibles consecuencias

Expertos de la Guerra Fría y analistas de seguridad internacional advierten que la presencia de destructores junto a un Estado con tensiones internas podría desencadenar una carrera armamentista regional. El uso de misiles en territorio civil, la movilización de cientos de miles de milicianos y el respaldo militar de EE. UU. crearían una espiral de violaciones a la soberanía e instable la estabilidad del Caribe.

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