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Pene enterrado: la verdad sobre una condición subestimada

El síndrome del pene enterrado, que a menudo se confunde con la disfunción eréctil, afecta a unos pocos cientos de hombres cada año. Aunque su prevalencia es baja, la falta de reconocimiento y la estigmatización llevan a tratamientos tardíos y complicaciones. Descubrimos sus causas, síntomas y las opciones quirúrgicas más efectivas según especialistas de la Sociedad Andrológica Argentina.

Definición y epidemiología

El síndrome del pene enterrado describe la situación en la cual el órgano masculino queda parcialmente o totalmente oculto bajo la piel del pubis y la grasa abdominal, lo que dificulta su exposición durante la erección. En 2018 un estudio publicado en el Journal of Urology identificó que el 0.3% de los hombres que presentan quejas genitourinarias tienen esta condición, lo que corresponde a cientos de casos a nivel nacional.

Factores de riesgo

Factores que aumentan la probabilidad de desarrollar pene enterrado incluyen:

  • Obesidad con índice de masa corporal mayor a 30
  • Anteriores cirugías de circuncisión
  • Trauma peniano o testicular
  • Infecciones crónicas como la gonorrea
  • Infecciones por VIH

Síntomas comunes

Los hombres con esta condición suelen experimentar:

  • Dificultad o dolor al orinar
  • Retracción de la sangre al intentar una erección
  • Problemas de higiene y posible acumulación de secreciones
  • Dolor escrotal o anal en episodios de inflamación

Diagnóstico

El diagnóstico se confirma mediante un examen físico completo que evalúa la movilidad del testículo y la visibilidad del pene. Se pueden emplear estudios de ecografía para determinar la profundidad de la ocultación y la presencia de tejido cicatricial.

Opciones de tratamiento

El manejo inicial suele ser conservador: control de peso, higiene cuidadosa y educación en técnicas de exposición. Cuando el síndrome es persistente, la cirugía representa la solución más efectiva. En revisiones de literatura de 2019 se reportó una tasa de mejoría del 90% o más en los pacientes que recibieron cirugía de reposicionamiento peniano.

El Dr. Carlos Gómez, especialista en urología del Hospital Austral, explica que la cirugía moderniza el proceso de corrección y mejora significativamente la calidad de vida del paciente.

Impacto emocional y social

Además de los problemas físicos, los hombres afectados por un pene enterrado a menudo sufren ansiedad, baja autoestima y dificultades sexuales, reforzando la necesidad de un diagnóstico temprano y tratamiento apropiado.

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