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Riesgo país se dispara: bonos y ADR caen mientras cambian las tasas de caución

El índice de riesgo país se disparó a 850-900 puntos tras las fluctuaciones de las tasas de caución. Los bonos argentinos en dólares cayeron, mientras los ADR mostraron una caída notable. El Banco Central ajustó su tasa de caución a finales de agosto, intentando frenar la volatilidad del mercado y controlar la inflación.

El índice de riesgo país alcanzó entre 850 y 900 puntos a partir del viernes 18 de agosto de 2025, marcando el nivel más alto desde el inicio de la crisis financiera de 2022. El Banco Central, ante la presión inflacionaria y la volatilidad del mercado, redujo las tasas de caución a finales de agosto y las volvió a subir el día siguiente, demostrando su intención de frenar la expansión de la oferta de crédito.

Los bonos argentinos denominados en dólares se encontraron con una tendencia a la baja, con los precios cerrando en la segunda posición más baja de la semana. El mismo comportamiento se observó en los ADRs, que cayeron más del 4% en su cotización en los Estados Unidos, reflejando la preocupación de los inversionistas internacionales por la sostenibilidad de la deuda del país.

Esta dualidad en la valoración de la deuda interna y externa genera una presión creciente sobre el índice de riesgo país. La caída de los bonos en dólares reduce la rentabilidad para los acreedores extranjeros, mientras que la depreciación del peso aumenta el costo de la deuda denominada en moneda extranjera.

La reacción de los mercados se tradujo en una fuga de capitales, con flujos de salida de cientos de millones de dólares en la última semana. Al mismo tiempo, el gobierno presentó medidas de control de capitales y el BCRA declaró un cierre de la regla de los 100% sobre la tasa de caución hasta las próximas negociaciones.

Para los analistas, el riesgo país elevado sugiere que los inversionistas deberán exigir mayores compensaciones por riesgo, lo que puede traducirse en un aumento de los costos de financiamiento para el sector privado, y potencialmente en una desaceleración de la actividad económica.

A pesar de estos escenarios, la economía argentina mantiene ciertos sectores productivos que pueden absorber la presión. El sector alimentario y la industria de productos no perecederos han mostrado resiliencia frente a la devaluación, y el gobierno ha señalado planes de incentivos para mantener el consumo interno. El próximo reporte del BCRA sobre políticas monetarias y la respuesta del gobierno a la creciente incertidumbre serán clave para determinar la evolución del riesgo país y la atracción de inversiones extranjeras.

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