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El continente africano se inclina a dividirse: la expansión de la cuenca del Valle Extenso Oriental

Un estudio reciente sugiere que, en el horizonte geológico, África podría separar sus masas terrestres en dos, impulsada por la prolongada apertura de la cuenca del Valle Extenso Oriental. Los expertos advierten que esta ruptura, una vez iniciada, será irreversible y producirá cambios de gran envergadura para el planeta.

El Valle Extenso Oriental (Easter Rift) es una de las zonas de ruptura tectónica más activas del mundo. Corriendo de la Península Arábiga hasta el océano Índico, atraviesa 5.000 km de territorio que abarca a Etiopía, Kenia, Tanzania, Ruanda, Burundi, República Democrática del Congo y la República del Congo. Esta cuenca está impulsada por la separación entre las placas tectónicas Nubia y Somalia, que se desplazan a un ritmo aproximado de 1 a 3 milímetros por año.

Según un estudio publicado en 2019 en la revista *Geophysical Research Letters*, la tendencia de expansión podría, en el plazo de 1 a 1,5 millones de años, provocar la apertura de un océano en el este de África, separando el continente en dos masas terrestres distintas. Los modelos climáticos y geológicos de la investigación sugieren que la ruptura será un proceso gradual, pero definitivo: una vez que la cuenca se haya ampliado lo suficiente, la retroactividad del proceso no será posible.

“Una vez que el proceso de ruptura alcance un cierto punto, no habrá manera de revertirlo”, comenta el Dr. Daniel Kamau, geólogo de la Universidad de Nairobi. “Este cambio impactará no sólo la geografía del continente, sino también sus ecosistemas, rutas de migración animal y humana y la estabilidad de las comunidades que dependen de los recursos que ahora estarán separados”.

El impacto potencial de un nuevo océano en África va más allá de la simple división de tierras. La corriente del Río Nilo, así como los sistemas fluviales de los ríos Congo y Zambeze, podrían verse alterados, generando nuevas zonas de cuenca, cambios en la fauna acuática y riesgos de inundaciones. Asimismo, las rutas históricas de comercio y migración se verían truncadas, creando nuevos desafíos geopolíticos.

El mundo ha presenciado ejemplos de grandes cambios geológicos, como la apertura de la Fosa de los Oceanos Atlántico y Pacífico, pero la escala de este evento es única para la región africana y puede alterar los mapas que conocemos hoy. El riesgo no es inmediato, pero la previsión de que el proceso sea irreversible añade urgencia al debate sobre la gestión de recursos y la planificación a largo plazo en la región.

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