Un nuevo análisis de varios estudios biomédicos confirma que la exposición al humo de tabaco durante la infancia duplica el riesgo de daño pulmonar en la siguiente generación. Investigadores de Universidades de California, McGill y otras instituciones revelan que niños que crecen en hogares con fumadores presentan deterioro estructural en sus pulmones, con consecuencias que se proyectan hasta sus nietos. Este hallazgo subraya la urgencia de ampliar la legislación anti‑humo.
Estudio revelador sobre el impacto a largo plazo del humo de segunda mano
Recientes publicaciones en revistas científicas de alto impacto, como Infobae, ABC, El Confidencial y la Gaceta Médica, señalan que la exposición al humo de tabaco durante la primera infancia aumenta dos veces el riesgo de daño pulmonar en la siguiente generación. Los datos provienen de cohortes multicéntricas que incluyeron a más de 10.000 participantes y un seguimiento de hasta 20 años.
Principales hallazgos
Duplicación del riesgo (RR = 2.1): niños expuestos al humo de sus padres mostraron un riesgo doble de desarrollar fibrosis pulmonar infantil y reducción de fuerza espiratoria.
Daño estructural visible: imágenes de tomografía computarizada revelaron microciclos de tejido fibroso en 30 % de los casos expuestos, frente al 15 % de niños no expuestos.
Impacto intergeneracional: se observó un aumento del 25 % en problemas respiratorios en hijos de niños expuestos, lo que indica una transmisión de riesgo.
Datos contextualizados a nivel poblacional
Según la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada 4 niños del mundo vive en hogares donde existe humo de segunda mano. En Argentina, el Ministerio de Salud estima que la 32 % de las familias tienen al menos un adulto fumador. Este escenario hace que el potencial de reducción de daños sea enorme.
Recomendaciones y medidas de prevención
Los autores llaman a:
- Fortalecer las leyes de protección en espacios públicos y privados.
- Fomentar campañas de concientización dirigidas a padres y cuidadores.
- Implementar controles de calidad del aire interior en hogares con fumadores.
En conjunto, estos pasos podrían disminuir la prevalencia de hipertrofia pulmonar infantil en más del 30 % si se aplican de manera amplia y uniforme.