En el Gran Premio de Italia el pilote argentino Franco Colapinto reveló que dos factores críticos impidieron que su Alpine alcanzara su máximo potencial en la pista de Monza. Se trata de la falta de rendimiento aerodinámico y las exigencias de velocidad extrema que excedieron la capacidad del coche en sus primeras líneas
El 9 de mayo de 2025, la ciudad de Monza volvió a vibrar con la energía del Gran Premio de la Fórmula 1. Franco Colapinto, 25 años, pilotaba el Alpine F1 2025 y quedó en el puesto 13 tras una temporada llena de desafíos.
Al finalizar el podio, en la conferencia de prensa, Colapinto hizo público que el rendimiento del equipo se vio obstaculizado por dos cuestiones concretas.
El primer obstáculo, señaló, consistía en la insuficiente carga aerodinámica de su Alpine en las rectas largas, lo que generaba menos downforce en las curvas y reducía la estabilidad del coche a velocidades superiores a 310 km/h.
El segundo problema fue la exigencia de velocidad extrema de Monza. Con la pista caracterizada por sus largas rectas y sus rectos a gran velocidad, la pista ejercía una presión adicional sobre el motor y los frenos, comprometiendo la durabilidad del combustible y la eficiencia de los sistemas de frenado.
A pesar de las limitaciones, Colapinto logró completar 44 vueltas, con sus mejores tiempos en la segunda mitad del recorrido. Los resultados finales mostraban una diferencia de 2.4 segundos entre él y el quinto coche del ranking, indicando la brecha con la clase de los líderes.
Para Alpine, el día 9 de mayo fue un recordatorio de las exigencias de la temporada y un aprendizaje vital para ajustar el coche en los próximos fines de semana. El equipo ya ya está trabajando en mejoras de aerodinámica y sistemas de enfriamiento que podrían marcar la diferencia en las próximas pistas de alta velocidad.