Los estudios recientes avalan que consumir una pieza de manzana diariamente puede aportar antioxidantes, fibra y un aporte moderado de energía, complementando una dieta equilibrada. Sin embargo, la ciencia actual no atribuye a la manzana un efecto curativo único, sino que la coloca dentro de una práctica general de ingesta frutal recomendada por la OMS, que aconseja cinco porciones al día.
La manzana mantiene su reputación “superalimento” gracias a su alto contenido de fibra y a la presencia de compuestos fenólicos antioxidantes. Aunque los estudios sobre su efecto individual son limitados, se reconoce que forma parte de un patrón alimenticio saludable que reduce el riesgo de enfermedades crónicas.
La Organización Mundial de la Salud aconseja consumir cinco porciones de fruta al día, equivalente a aproximadamente cinco piezas de fruta de tamaño medio. Una manzana medianamente grande aporta una buena cantidad de fibra y la energía necesaria para la jornada diaria, sin provocar un aporte excesivo de azúcar.
El consumo de frutas variadas aporta diversos niveles de antioxidantes, que se pueden comparar con los valores ORAC recogidos en estudios de 2006. Los frutos con los valores más altos son: moras con 13,720 mg/100 g, arándanos con 6 914 mg/100 g, fresas con 6 400 mg/100 g, granada con 3 100 mg/100 g y acai con 1 800 mg/100 g.
En cuanto a la ingesta de potasio, la banana contiene 422 mg por 118 g. Con la ingesta diaria recomendada de 4 700 mg, una banana cubre alrededor del 10 % del requerimiento diario y dos bananas la mitad del 20 %. Se considera segura consumir 1–2 bananas diarias, mientras que más de 5 podrían sobrecargar la función renal en personas predispuestas.
Con respecto a la práctica de consumir una manzana diariamente, la ciencia moderna no destaca un beneficio extraordinario; sin embargo, la fruta se integra bien en un estilo de vida que promueve la ingesta de fibra, vitaminas y compuestos antioxidantes, favoreciendo la salud cardiovascular y metabólica.