El rover ha identificado un intricado microestructura de unos 10 µm en una roca basáltica del cráter Jezero, lo que podría ser la primera señal concreta de vida pasada en nuestro vecino planeta rojo.
En **18 agosto 2025**, el rover Perseverance, con la cámara Mastcam‑X, descubrió una microestructura de **≈10 µm** incrustada en una roca basáltica de la placa de Jezero, conocida por su edad de **3,5 Gaños**. La anomalía fue documentada en el archivo del equipo de ciencia, que la describe como una posible **firma biofísica** de microorganismos antiguos. La roca, que habría sido formada en un entorno acuoso, se encontraba a pocos metros de una formación de **forma casco** de aproximadamente **3 m**, capturada también el mismo día y que podría representar restos de alguna estructura alienígena o natural.
Estas observaciones siguen a la revelación de **14 septiembre 2024** por la misión InSight, que detectó reflejos sísmicos sostenidos que confirman un **núcleo sólido** de **1 200 km** de diámetro, similar al de la Tierra. El hallazgo del núcleo refuerza la hipótesis de actividad tectónica y magnética en Marte, condiciones favorables para la vida.
El anuncio de la presencia de una posible biofirma se enlaza con la declaración oficial de la NASA el **12 marzo 2024**, que describía la microestructura de **≈10 µm** como un posible indicio de actividad microbiana. Si la comunidad científica valida la naturaleza biofísica de la señal, sería la primera evidencia directa de vida en Marte.
Para la futura colonización, los expertos señalan que estos datos proporcionan una ventana a los procesos biológicos que pudieron haberse conservado durante miles de millones de años. Asimismo, la misión de retorno de muestras de Marte, prevista para **2025**, tiene como objetivo analizar en detalle estos fragmentos basálticos en laboratorios terrestres, lo que permitiría confirmar o desestimar la presencia de restos biológicos.
Mientras tanto, el telescopio espacial James Webb descubrió el **18 agosto 2025** la luna más pequeña de Urano, S/2025 U1, con un diámetro de **1,2 km** y una órbita a **61 000 km** del planeta. A pesar de ser un hallazgo distinto, refuerza la capacidad de la comunidad astrofísica para detectar detalles minúsculos en el sistema solar.
El análisis adicional de la muestra de asteroide Bennu enviada por OSIRIS‑REx el **11 marzo 2020** también ha revelado cristalinos presolares de **>4,6 Ga**, proporcionando estudios comparados sobre la preservación de compuestos orgánicos entre cuerpos del sistema solar.