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Plan de ocupación de la Ciudad de Gaza y alto el fuego aceptado por Hamas

El domingo 20 de agosto de 2025 Israel aprobó un ambicioso plan militar para ocupar la Ciudad de Gaza mientras que Hamas aceptó una propuesta de alto el fuego. Con 60.000 reservistas movilizados, la operación está programada para el 27 de agosto, tras la declaración de hambruna por la ONU. La crisis humanitaria y la presión internacional se intensifican.

El 20 de agosto de 2025 el Gobierno de Israel anunció su plan de ocupación de la Ciudad de Gaza, con un ejército de 60.000 reservistas movilizados y la Dirección del Ministerio de Defensa a cargo. La operación, que pretende neutralizar los ataques de Hamas y tomar el control de la zona, tiene previsto su inicio el 27 de agosto para cumplir con la logística y los objetivos estratégicos.

La misma fecha fue testigo de otra decisión crucial: Hamas aceptó una propuesta de alto el fuego negociada por mediadores egipcios y qataríes. A pesar de la propuesta, Netanyahu no respondió a la oferta, mientras Qatar solicitó una acción pronta para evitar una escalada mayor.

El 22 de agosto, Israel ordenó la evacuación de médicos y personal humanitario de la Ciudad de Gaza, amenazando con la destrucción del área si Hamas no se desarmaba. Los residentes de la ciudad expresaron terror ante las noticias, según los medios Clarín, CNN en Español, y DW, temerosos de una posible ofensiva aérea.

El 20 de agosto la ONU declaró la hambruna en Gaza, señalando la escasez crítica de alimentos y la degradación de los servicios de salud. Los informes de la ONU coinciden con la cifra de 30.000 civiles muertos en 2023 y 15.000 desplazados, cifras que resaltan la gravedad de la crisis humanitaria.

En paralelo, la flotilla solidaria Global Sumud zarpó de Túnez el 27 de agosto tras superar complicaciones logísticas. Aun cuando el bloque israelí intentó impedir su tránsito, varios medios europeos y la Unión Europea destacaron la importancia del suministro de ayuda humanitaria, reforzando la presión internacional sobre el conflicto.

La combinación de un plan militar militarista con la presión diplomática internacional muestra la complejidad de la situación. Mientras la operación se aproxima, las voces de derechos humanos y los llamados a la paz se vuelven cada vez más imperiosos.

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