El 14 de septiembre de 2025, la ciudad de Salta se llenó de emoción mientras casi 100 000 peregrinos se reunieron para la tradicional procesión del Señor y la Virgen del Milagro, un evento que combinó pañuelos, sirenas y lágrimas en una expresión de fe que resonó en todo el corazón de la región.
La gran procesión del Milagro en Salta
Durante el fin de semana del 14 al 16 de septiembre, la capital salteña acogió a casi 100 000 peregrinos para la celebrada procesión del Señor y la Virgen del Milagro. Los fieles recorreron las avenidas principales llevando estandartes, pañuelos de colores y cantos de devoción, mientras los sonidos de las sirenas de los equipos de protección civil se mezclaron con el clamor de las oraciones.
El evento, que comenzó en la Carpa Blanca instalada frente a la entrada de Milagro, proyectó alrededor de 200 rutas de peregrinación a lo largo del recorrido y coincidió con la decisión de cerrar los nodos de Defensa Civil para priorizar la seguridad de los asistentes.
Respuesta sanitaria y logística
El Hospital del Carmen atendió a más de 70 peregrinos que presentaban síntomas de deshidratación y leves rasguños, mientras los equipos de salud movilizados por el gobierno provincial ofrecieron primeros auxilios y atención médica en el recorrido.
Contexto climatológico y histórico
La ciudad de Salta se recuperaba de un fuerte fenómeno de viento Zonda el 19 de agosto de 2025, que registró vientos de hasta 140 km/h, 1 fatalidad y 130 llamadas al 911, provocando 90 incidentes y cortes de energía en más de 30 centros residenciales.
El 20 de agosto el Ministerio de Ambiente pronosticó tormentas intensas y el 21 de agosto heladas, lo que intensificó la importancia del evento religioso como un momento de unión y esperanza en la comunidad local.
Encuentro político de relevancia
El 12 de septiembre de 2025, la ciudad también fue escenario de la reunión entre Cristina Kirchner y Juan Manuel Urtubey, donde se respaldó la candidatura de Urtubey para gobernar Salta en las próximas elecciones y se discutió la modernización del sector educativo y la industria textil.
La confluencia de estos eventos demostró la capacidad de Salta para movilizarse frente a desafíos naturales y políticos, manteniendo la tradición religiosa y el espíritu comunitario en alto.