El presidente Javier Milei dio a conocer el ajuste fiscal para 2026 el 24 de febrero de 2025, adelantando un superávit primario equivalente al 2 % del PBI y buscando equilibrar las cuentas con un déficit del 8 % del PBI en 2025, frente a la exigencia del FMI de déficit cero.
El 24 de febrero de 2025, el presidente Javier Milei presentó ante el Congreso el programa de ajuste fiscal para el año 2026 y el presupuesto correspondiente, con la promesa de un superávit primario del 2 % del Producto Bruto Interno. Además, el Gobierno apuntó a mantener un déficit fiscal de 8 % del PBI durante 2025, en contraste con lo exigido por el Fondo Monetario Internacional, que pide un déficit cero. Para cumplir con las metas, Milei expuso un plan de reforma fiscal que incluye una reducción del 3 % sobre la masa corriente y una corrección de la deuda. Se anunció también un fondo de estabilización de costos destinado a mitigar la inflación y proteger al sector productivo.
El anuncio generó reacciones contundentes. Los gobernadores de varias provincias expresaron su frustración ante la falta de negociación y solicitaron conversaciones para determinar los impactos territoriales de las nuevas medidas. Por su parte, la oposición exigió auditorías a los gobernadores y seguimiento a las investigaciones en curso. En cuanto al sector, el FMI manifestó su insistencia en la necesidad de que el déficit se reduzca a cero antes de cualquier ajuste fiscal definitivo, subrayando la urgencia de mejorar la balanza fiscal y la credibilidad internacional.
El día siguiente quedó claro que el debate parlamentario era inevitable. Los legisladores debatirán los porcentajes de ajuste, la asignación del fondo de estabilización y la viabilidad del superávit primario frente a la realidad económica interna y la presión externa. Los expertos económicos señalan que, aunque el objetivo del superávit es audaz, su viabilidad dependerá de la disciplina fiscal y de la capacidad de reducir el gasto público sin socavar la demanda interna.