El ex presidente Donald Trump ha impulsado recientemente un acuerdo con el presidente argentino Javier Milei que favorece la exportación de soja a China, generando reacciones enérgicas de los agricultores de Kentucky. La decisión de los Estados Unidos, que contempla la eliminación de ciertas retenciones chinas sobre la soja, ha dejado a los productores estadounidenses con pérdidas sustanciales y ha desencadenado un movimiento de protesta frente al gobierno federal.
En una escena inédita del mundo agrícola, un incendio que descontroló grandes acres de soja en Kentucky ha generado una ola de indignación entre los productores locales. El fuego se originó tras semanas de sequía y una serie de decisiones de políticas comerciales que, según los agricultores, han puesto en riesgo sus medios de vida. La causa política se remonta a un acuerdo recientemente firmado entre el presidente argentino Javier Milei y la administración de Donald Trump. Bajo este pacto, las importaciones de soja argentina a China se flexibilizaron y se eliminaron varias retenciones que previamente limitaban la entrada del producto chino. Este movimiento benefició a los exportadores argentinos pero afectó directamente a los productores estadounidenses, especialmente los de Kentucky, que representan un pequeño, pero significativo, nicho dentro de la producción nacional. La pérdida de mercado y las nuevas restricciones en los precios de la soja han provocado que los agricultores expresen que su frustración sea abrumadora. Los representantes locales han exigido al Congreso que revise las tarifas y las cláusulas de los contratos de exportación para proteger la industria sojona. Además, informes recientes señalan que el complejo sojero representa el 80 % de los dólares declarados en la balanza comercial de ese segmento, lo que subraya el impacto económico de la situación. La comunidad internacional observa la escalada con cautela, anticipándose a cómo las negociaciones entre Washington, Buenos Aires y Beijing evolucionarán en los próximos meses.