El Vaticano, representado por el alto funcionario Gallagher, ha expresado profunda preocupación ante la alarmante tasa de suicidios entre jóvenes a nivel mundial, citando el Día Mundial de Prevención del Suicidio del 10 de septiembre y los datos alarmantes de Argentina. La Santa Sede llama a gobiernos, familias y profesionales a reforzar la prevención, fortalecer la atención psicológica y promover entornos saludables y oportunidades juveniles.
El Vaticano, a través del funcionario Gallagher, expresó su profunda alarma por la creciente tasa de suicidios entre jóvenes a nivel mundial, citando el Día Mundial de Prevención del Suicidio del 10 de septiembre. Según cifras de la OMS, se registran 800,000 muertes por suicidio cada año, equivalentes a 10,5 por cada 100,000 habitantes globalmente; en Argentina la cifra es de 9,6 por cada 100,000, situándose en tercer lugar como causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años. La Santa Sede enfatiza la necesidad de reforzar planes nacionales de prevención, mejorar la disponibilidad de ayuda psicológica y promover entornos seguros para la juventud.
Para identificar señales de riesgo, la OMS recomienda reconocer cambios de humor, escuchar a las personas, buscar ayuda profesional, acompañar al afectado y fomentar tratamientos adecuados. El mensaje del Vaticano llama a gobiernos, familias y profesionales a actuar con urgencia.
En Argentina, la campaña “Aprendé a desconectar” de la Ciudad de Buenos Aires busca reducir el tiempo frente a pantallas, ofreciendo talleres y jornadas sin tecnología que promueven actividades físicas para todas las edades, según la iniciativa municipal de 2025.
Recientes estudios fMRI realizados el 29 de agosto y el 10 de septiembre de 2025 revelan cambios en la corteza prefrontal relacionados con el reconocimiento de emociones: el primero mostró una reducción de activación, mientras que el segundo, con 120 adultos, evidenció un aumento al reconocer emociones, lo que sugiere la importancia de la estimulación emocional en la prevención del suicidio.
La Santa Sede reitera que la prevención del suicidio juvenil es una tarea global que requiere cooperación internacional, recursos y compromiso de la sociedad para crear entornos que favorezcan la resiliencia y el bienestar.