El día 1 de octubre de 2025 la planta de Ilva Porcellanatos en el Parque Industrial cerró sus operaciones tras el despido de 300 trabajadores. La medida desencadenó bloqueos en la calle 9 y una protesta masiva donde los empleados exigían el pago de salarios pendientes y la intervención municipal para asegurar el acceso a sus hogares.
Ilva Porcellanatos, una de las marcas más reconocidas del sector cerámico de la región, cerró su fábrica el 1 de octubre de 2025 tras la decisión unilateral de despido de 300 empleados. La medida forma parte de una estrategia de reestructuración que la empresa ha mantenido durante semanas, en un contexto económico complicado tras la caída de la demanda nacional e internacional.
Los trabajadores, entre los que se cuentan ingenieros, operarios y personal administrativo, se desplazaron de inmediato a los bordes de la instalación, donde bloquearon la entrada de la calle 9 que conduce al Parque Industrial. El bloqueo, coordinado por la asociación sindical local, contó con la presencia de cientos de personas que se unieron a la protesta, levantando carteles que pedían “salarios adeudados” y “justicia laboral”.
La vía de acceso, que también sirve como principal ruta de transporte para la entrega de materiales a la fábrica, fue cerrada por la policía municipal bajo la orden del gobierno local. El recorte del acceso ha generado confusión entre los proveedores y ha dificultado la logística de la zona, provocando que las autoridades de la ciudad se pongan en contacto con la empresa para negociar una salida temporal de las vías con menos restricciones.
En respuesta a la situación, el sindicato ha presentado varias demandas salariales ante el Ministerio de Trabajo y ha llamado a la comunidad a participar en un día de silencio y marchas pacíficas el 3 de octubre. Además, los trabajadores han solicitado una audiencia urgente con los representantes de Ilva Porcellanatos y del Ministerio de Economía para discutir las indemnizaciones y la posible reactivación de la planta.
El cierre de la fábrica no se limita a la pérdida inmediata de empleo; también impacta a proveedores locales que dependen de la producción de piezas y a clientes finales en los mercados de exportación. La cadena de suministro en la región se está viendo obligada a encontrar alternativas mientras la empresa avanza con sus planes de reestructuración. El caso ha generado un debate a nivel regional sobre la necesidad de revisar las políticas de apoyo a la industria manufacturera y el papel del gobierno en la protección de los trabajadores frente a despidos masivos.