El Ministerio de Economía abrió el mercado de divisas con una venta masiva de 500 millones de dólares el 29 de septiembre, la operación que se volvió única en su tipo ante la escasez de oferentes y ayudó a estabilizar el peso frente al dólar durante una semana de alta volatilidad.
El 29 de septiembre el Tesoro de Argentina lanzó la venta de 500 millones de dólares con el objetivo de contener la presión cambiaria y evitar que la brecha entre el dólar oficial y el paralelo se ampliara.
La operación se realizó antes de la publicación de la balanza cambial y coincidio con la última intervención del Banco Central en el mercado intersecuencial 2 de septiembre, donde el oficial se mantuvo en 1,335 ARS.
Los analistas destacan que la venta del Tesoro fue el único aporte en ese momento: las oficinas de cambio y los fondos institucionales permanecieron silenciosos debido a la incertidumbre sobre la sostenibilidad fiscal y el incremento de la tasa de referencia del BCRA, que quedó en 44% al fin de agosto.
El gobierno ha venido aplicando el Plan de Rebalanceo para moderar el costo de financiamiento del Tesoro, que se disparó en +1,300 millones de pesos, y limitar la fuga de capitales.
Con la venta, la liquidez local aumentó de forma significativa. La operación se registró en la mesa de liquidez institucional, donde se asignaron 500 millones de dólares a los bancos y fondos que cotizan en pesos.
Este movimiento puede ser visto como una respuesta al aumento de la inflación mensual del 5,3 % y al déficit fiscal que ronda el 8,5 % del PIB.
En el lapso posterior, el mercado de pesos se mantenía dentro de la banda de 1,320–1,350 ARS, evitándose una apreciación excesiva del dólar.
La venta del Tesoro representa un hito en la política monetaria argentina, mostrando que aun cuando el mercado suele ser escaso en oferentes, el Estado puede interceder para proteger la estabilidad de la moneda.