La vida útil de los huevos puede variar según su almacenamiento y la fecha de vencimiento indicada. Conoce los mejores consejos para mantenerlos frescos más tiempo y evitar sorpresas desagradables en tu mesa.
La verdad sobre la fecha de caducidad de los huevos
Los huevos que compramos en supermercados suelen llevar una etiqueta con la fecha de caducidad. Esta fecha representa el punto máximo recomendado de consumo, pero el producto puede mantenerse en buenas condiciones por un lapso mayor si se almacena correctamente. En general, la vida útil de los huevos en refrigeración se sitúa entre 3 a 5 semanas, dependiendo de su frescura al momento de la compra.
Factores que influyen en la frescura
- Temperatura del refrigerador: Un ambiente entre 2 °C y 5 °C ralentiza el crecimiento de microorganismos y retarda el deterioro.
- Estado de los huevos: Los huevos recién puestos son más susceptibles a la pérdida de humedad y a la corrosión de la cáscara.
- Embalado: El empaque que mantiene la caja cerrada evita la entrada de aire y la contaminación.
Comprobando la frescura
- Prueba de flotación: Coloca el huevo en un vaso de agua. Si permanece hundido y en posición acostada, está fresco. Si comienza a volar o se inclina, ya no es aconsejable usarlo.
- Olor y aspecto al quebrar: Un líquido amarillo pálido y una clara firme indican frescura. Si la clara se extiende demasiado o el aroma es desagradable, es mejor desecharlo.
Conservación recomendada
Para maximizar la durabilidad de tus huevos:
- Guarda los huevos en su caja original, con la punta puntiaguda hacia abajo.
- Coloca la caja en la puerta del refrigerador si tu refrigerador no tiene regulaciones de temperatura controlada.
- No los laves antes de guardarlos; la humedad puede aumentar la tasa de deterioro.
- Evita pasar de la temperatura de refrigeración a los huevos; el cambio brusco favorece el crecimiento de bacterias.
Cuándo es seguro consumirlos
Aun si la fecha de caducidad ha pasado, los huevos pueden seguir siendo seguros cuando cumplen los criterios de frescura de la prueba de flotación y se observan en buen estado al romperlos. Por ejemplo, un huevo con fecha límite del 15 de septiembre que se compró el 1 de septiembre puede mantenerse en buen estado hasta finales de septiembre siempre que se haya refrigerado adecuadamente.