Tras el anuncio de un alto‑fuego entre Israel y la organización Hamas, la nación vibra en euforia y al mismo tiempo mantiene cautela. Ex‑presidente Donald Trump recibió elogios por su papel diplomático, y el gobierno ajusta los pasos para liberar a 52 rehenes aún atrapados en Gaza.
Reacción nacional
El jueves 10 de octubre, en el momento en que la comunidad israelí celebra el anuncio de un alto‑fuego que pone fin a meses de hostia, la población muestra una mezcla de euforia y cautela.
Las manifestaciones en Tel Aviv, Jerusalén y Haifa se ven marcadas por la alegría de ver en el horizonte la posibilidad de un retorno a la normalidad, pero también por la preocupación de que la tregua sea inestable.
El eco de Trump
El ex‑presidente Donald Trump, cuya intervención se citó como un factor clave en la convocatoria de la tregua, recibió elogios tanto en medios como en redes sociales.
Entre sus declaraciones se destacó el reconocimiento a la diplomacia estadounidense, que según funcionarios israelíes “contribuyó a romper la brecha de diálogo”.
Contando los rehenes
Con el gobierno israelí trabajando en la liberación de unos 52 rehenes que siguen atrapados dentro de Gaza, se ha anunciado una secuencia de pasos programados en los próximos diez días.
El Primer Ministro confirmó que las delegaciones negociadoras estarán listas para visitar el área controlada por Hamas el 12 de octubre, con el objetivo de intercambiar voluntarios y asegurar la liberación de los rehenes.
Próximos pasos
A medida que la nación se afrena a la esperanza, el Ministerio de Defensa ha subrayado la importancia de la vigilancia constante de las fuerzas en la frontera.
El anuncio del alto‑fuejo fue acompañado de un nuevo pacto que incluye el intercambio de prisioneros y la rehabilitación de los daños materiales.
La población sigue esperando más noticias sobre la implementación del plan, mientras las organizaciones humanitarias instan a acelerar los procesos de liberación.