El excanzón de la banda británica Lostprophets, Ian Watkins, falleció el 20 de septiembre de 2016 en la prisión de Wandsworth, tras ser apuñalado por otro recluso. Convencido a cumplir 35 años de cárcel por dos cargos de violación y un abuso sexual de un menor, su muerte sacudió a la comunidad musical y a los sistemas penitenciarios.
Ian Watkins, cantante principal de Lostprophets, era un fenómeno de la escena rock de principios del milenio. En 2008 fue acusado de violar a una joven de 14 años y, en 2010, de abusar sexualmente de un menor. Tras su condena en 2013, cumplió 35 años de prisión, el máximo posible bajo la ley británica, por ambas conductas sexuales.
El 20 de septiembre de 2016, la prisión de Wandsworth, en Londres, fue escenario de un trágico suceso. Watkins fue atacado por otro recluso con un cuchillo roto. Se encontró inconsciente sobre el suelo de su celda; los guardias lo trasladaron al médico de guardia, que intentó estabilizarlo con transfusiones de sangre. El daño fue irreparable y el médico declaró el fallecimiento a media mañana.
El incidente generó un repaso por parte de la Policía de Londres y de la Oficina Nacional de Seguridad Interna, que revisó los controles de seguridad de las cárceles y las posibles vulnerabilidades que permitieron que el atacante accediera a un arma dentro del establecimiento.
Los compañeros de banda, el guitarrista Mike Lewis y el baterista Daniel Watkins, expresaron su dolor por el trágico desenlace y la pérdida de un amigo. La comunidad musical del Reino Unido y los seguidores de Lostprophets continuaron recordando a Ian como una figura complicada, pero imposible de ignorar en la historia del rock del siglo pasado.