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Al final la gente vuelve a casa: el drama y la fiesta en Tel Aviv

El 10 de julio de 2024, los últimos rehenes israelíes fueron liberados tras una ofensiva final en Gaza. La noticia se convirtió en un espectáculo político: lágrimas, abrazos, himnos y, para sorpresa de muchos, un desfile improvisado de celebración en la Plaza de los Rehenes de Tel Aviv. Mientras la calle vibraba, la prensa notaba también las críticas y la falta de un acuerdo previo.

Tel Aviv abre sus puertas a los héroes

La gran vuelta a casa – El 10 de julio de 2024, la comunidad israelí celebró la liberación de diez rehenes que habían sido detenidos por milicianos en Gaza durante la guerra de 2023. Entre los liberados se encontraban seis hombres, cuatro mujeres, entre los cuales tres eran soldados y el resto civiles, todos ellos con la larga espera agotada por la campaña de rescate que culminó con la firma del alto‑fuero de la Organización de Estados Arabes. Al momento de la liberación, los oficiales del ejército confirmaron que el último grupo había llegado al control de la zona mediante una operación conjunta de terreno y aérea. Los cuerpos de los rehenes fueron transportados a un hospital cercano, donde se les realizaron pruebas y se les entregó un café calentito como gesto simbólico.
El desfile de la alegría – A las nueve de la mañana, la Plaza de los Rehenes se convirtió en el escenario principal de la celebración. Un murmullo de emoción y abrazos se mezcló con el sonido de himnos nacionalistas que resonaban a través de altavoces colocados en la entrada principal. Los ex‑rehenes, con ropa de entrenamiento y sin la habitual etiqueta de la misión, cruzaron el suelo de la plaza con la mirada fija al horizonte. Los periodistas documentaron cada detalle: la mirada de un joven que descubrió que la casa donde había sido encerrado ya no existía y la expresión de alivio que había sustituido a la desesperación.
Boo‑ing y protestas – A pesar de la jubilo general, un sector de la población no quiso compartir la misma alegría. En la avenida principal, en bloque frente al Ministerio del Interior, un pequeño grupo de activistas levantó carteles con consignas críticas y se dirigió hacia el primer ministro en una manifestación que se convirtió en un auténtico teatro de emociones contradictorias. Los asistentes al festival del día no pudieron evitar reír y comentar cómo la situación había sido tan polémica que ahora la gente no podía decidir si aplaudir o silenciar.
Las negociaciones que nunca llegaron al clímax – Se ha sabido que años antes de la fecha de liberación, varias delegaciones de la comunidad internacional propusieron distintos marcos de diálogo para el rescate de los rehenes. Sin embargo, la falta de consenso sobre los términos de la negociación y la inestabilidad del entorno militar hicieron que las negociaciones se estancaran. Los actores políticos que ahora celebran el fin de la crisis, reconocen que el alto‑fuero de la ONU que se había prometido a finales de la campaña de 2023 no coincidió con los objetivos de los distintos bandos y que las negociaciones se retrasaron en la etapa final.
En conclusión – La liberación de los rehenes en Tel Aviv provocó una mezcla de celebración y reflexión. Entre las caras felices emergió la realidad de que la política y la guerra siguen dejando su pegada en la ciudad. Los ciudadanos, al final, decidieron que la mejor manera de recordar esta historia era con un abrazo colectivo, con un chiste en la cara de la historia y una foto que se quedará en los álbumes oficiales de la ciudad.