El cometa interplanetario 3I/ATLAS, que cruzó la órbita de Marte hace poco tiempo, ha vuelto a captar la atención de científicos y apasionados del espacio. Con datos que no se han difundido al público, la NASA parece haber dejado de publicar información tras su paso cercano, lo que alimenta teorías y especulaciones en redes sociales y prensa especializada.
Descubrimiento y órbita
El 2022-01-25, el sistema ATLAS detectó por primera vez al objeto 3I/ATLAS, con parámetros de órbita que lo clasifican como un cometa interplanetario. La trayectoria presenta una excentricidad mayor a 1.23, con perihelio a 0.88 AU y una velocidad en el infinito de 26 km por segundo, lo cual indica una procedencia fuera del sistema solar.
El paso por Marte
El 2023-02-12 el cometa se aproximó a Marte a 0,25 AU, sin pasar dentro del límite de influencia gravitatoria del planeta. La proximidad generó interés porque coincidió con una campaña de imágenes de la misión Perseverance, donde los datos fotográficos fueron almacenados pero, hasta la fecha, no se han publicado en los canales oficiales de la NASA.
Respuesta de la NASA y la comunidad científica
Aunque los astrónomos de JPL y el Centro de Astrofísica de la NASA han confirmado la existencia del objeto, los comunicados oficiales de la agencia han sido limitados. Se ha especulado que la decisión de no divulgar la información se debe a la baja amenaza que representa el cometa para la Tierra y a la priorización de recursos para misiones de mayor riesgo.
Importancia científica
3I/ATLAS representa el tercer objeto interplanetario descubierto, siguiendo a 1I/Oumuamua (2017) y 2I/Borisov (2020). Estudiar su coma y trayectoria permite a los científicos obtener pistas sobre la formación de sistemas planetarios fuera del nuestro. Los análisis preliminares indican una mayor concentración de CO y CO2 en la coma, lo cual es característico de cometas en etapas tempranas del desarrollo solar.
Perspectivas futuras
El cometa 3I/ATLAS permanecerá en el interior del sistema solar durante los próximos veinte años antes de alejarse de nuevo hacia el exterior. Astrónomos de observatorios en todo el mundo han programado una serie de observaciones para capturar su evolución y validar teorías sobre los materiales que forman los cuerpos interplanetarios.