En un giro inesperado, la tranquila ciudad de Valencia ha sido sacudida por una historia increíble: Antonio un jubilado que pasó 15 años solo en su casa fue hallado recientemente como la aparición de un fantasma. La conmoción tras su descubrimiento que incluye un cuerpo momificado y que se hizo visible por un simple accidente plantea una reflexión cómica y reflexiva sobre la soledad.
La comunidad de Valencia se vio obligada a poner la tapa de sus ojos después de que la casa de Antonio, un jubilado que vivía solo, fuera descubierta vacía 15 años después de su muerte. Se habla de un hallazgo que, según los medios, parece sacado de una película de terror, en la que el protagonista desaparece sin dejar rastro y luego aparece como un fantasma. La policía, al llegar al lugar, encontró a Antonio en su propia cama, con signos de descomposición que harían temblar a cualquier historiador de la momificación.
El 12 de octubre último, vecinos que, sin esperar nada más que la rutina diaria de pasar por la calle, se toparon con la puerta abierta y la casa en un estado de abandono. La sorprendente escena del cuerpo momificado le dio a la noticia su giro dramático y la llevó a ser portada en varios medios nacionales. Aunque la investigación quedó en curso, la historia ha despertado una conversación que va más allá del horror: ¿qué tan profunda puede ser la soledad cuando nadie se da cuenta de la ausencia de alguien durante quince años?
No es la primera vez que la soledad golpea duramente a las comunidades españolas. Sin embargo, la forma en que surgió la noticia de Antonio —y la forma de describir su inactividad de la misma manera que un escenario de terror— le dio a la historia un matiz de ironía: la gente se quedó preguntándose si alguna vez alguien decidió que no quería que lo encontraran. El misterio de “el cadáver en la cama” se volvió tan grande que incluso las redes sociales se saturaron con teorías sobre cómo la naturaleza (o la falta de ella) permitió que su cuerpo permaneciera intacto.
En la noche del hallazgo, la policía empezó a recoger pruebas en la cama y la habitación, mientras los vecinos tomaban fotos con sus celulares, como si el escenario de los eventos de terror que sucedían en la película ‘The Ring’ fuera una realidad. Al día de hoy, los expertos de la forense han confirmado que la edad de la muerte se estimó en 2008, con la muerte y la fecha de cierre de la casa coincidiendo con el calendario de la última campaña electoral en la región. El caso se convertirá en un estudio de referencia para las autoridades a la hora de abordar la desaparición de personas.
El caso ha sido comparado con la tragedia de la mujer moribunda que fue encontrada 12 años después en la zona rural de Zaragoza, en 2017. Cada uno de estos casos ilustra la fragilidad de los sistemas de monitoreo en comunidades pequeñas y la importancia de la vigilancia de la salud mental y social de los adultos mayores.