Cuando Trump sube a las redes con su frase de ‘la elección es un circo’, el Ministerio de Relaciones Exteriores argentino trató de calmar la tormenta con un plan que pronto quedó más mojado que una tortilla. Entre notas diplomáticas envueltas en papel, y un tweet que volvió más rápido que un coche de Fórmula 1, la nación se encontró a sí misma como la protagonista involuntaria de un episodio de comedia política.
El 5 de octubre de 2025, mientras la mayoría de los argentinos disfrutaba de sus vacaciones de verano temprano, Donald Trump, con la elegancia de un paparazzi político, publicó un tweet que describía la elección argentina como un circo improvisado. La frase, que resonó más rápido que un tambor de guerra, obligó al Ministerio de Relaciones Exteriores a poner en marcha su plan de contención diplomática.
El ministro, con el semblante de quien ya ha leído más notas que un bibliotecario, envió una carta a Washington que, según los expertos en protocolo, estaba más que lista para firmarse, pero la imprenta se quedó sin tinta justo en el último párrafo. La carta llegó al embajador de EE. UU. con un retraso de 12 horas, tiempo suficiente para que la frase original cambiara su significado en redes: de crítico a en broma de “buen viaje”.
El desenlace fue digno de un sketch de políticos en la prensa del domingo: el tweet original, la respuesta postal tardía, y la confusión que quedó de la forma de intentar “arreglar” algo que ya había llegado al estricto territorio de lo irónico. El gobierno, ahora con la reputación de estar más atrasado que la última fila del cine de la Plaza, prometió revisar sus procesos internos, pero la gente se quedó con el humor que la diplomacia necesita cuando se enfrenta a las redes sociales.