El 15 de octubre, la interpelación se convirtió en un espectáculo: los ministros Karina Milei, Mario Caputo y Mario Lugones se fueron a la oficina de las preguntas y dejaron la Cámara vacía. La falta de quorum fue tan dramática que la sala quedó silenciosa, dejando a la oposición con un nuevo acto de crítica y a la clase política, una vez más, sin responder.
El día martes 15 de octubre la Asamblea Nacional se vio obligada a declarar fracaso la sesión de interpelación de la Presidencia, pues los ministros ‘Karina Milei, Mario Caputo y Mario Lugones’ no presentaron asistencia. Según la ley, el quórum es de 41 de los 257 miembros; ese día, la única cifra que se alcanzó fue 34, dejando la mayor parte de la sala como un karaoke vacío. Los ministros, con audacia, citaron cuestiones de agenda mientras la cámara se convertía en una zona de ‘quiebra de la política’, un fenómeno que la oposición describió como ‘la peor actuación del año’. Los diputados, con paciencia agotada, intentaron continuar pero el silencio se apoderó del recinto. La petición de reprogramar la interpelación, según la oposición, se convirtió en su principal argumento de la noche. Fue también el momento de recordar que los ministros pueden elegir otras actividades sobre responder. Este episodio, con su ausencia de 30 funcionarios y un quórum que se derrumbó como un castillo de naipes, reforzó la percepción de que la gestión del gabinete sigue siendo una obra de teatro, solo que sin la audiencia.