El 15 de octubre de 2025 la economía argentina se transformó en el escenario de una balada de alta tensión, con las tasas de interés de corto plazo ascendiendo a 145 %. El Tesoro, con los dedos entrelazados, promete una lluvia de liquidez en la ciudad para calmar la frenética ola de pesos.
El 15 de octubre de 2025 el mercado de pesos se metió en una especie de telenovela financiera, donde las tasas de interés de corto plazo superaron el 100 % y llegaron hasta el 145 %. Esto ocurrió mientras el Banco Central ajustaba el costo de los créditos interbancarios a 7 %, y la tasa de descuento se quedó entre 8 % y 12 % en su rango de referencia.
En la misma línea, las llamadas «super tasas» que se dieron a los periodos de 24 horas, saltaron al 125 % después de que el expresidente Trump comentara que su plan de licitación federal necesitaba un respaldo financiero sólido. Aunque la cifra parece sacada de un cómic, el efecto es real: los bonos en circulación aumentan su rendimiento en exceso.
La crisis de liquidez no es una noticia del pasado. La última vez que se veían tasas por encima del 140 % fue en 2024, cuando el mercado reaccionó a las reformas fiscales. El Tesoro de la Nación, con la misma urgencia que un chef preparando una salsa de aguacate, ha anunciado que liberará un paquete de liquidez en la Ciudad de Buenos Aires para amortiguar el temblor del mercado.
Para los ahorristas de la población, el impacto de una tasa tan alta es directo: los depósitos a plazo fijo perdieron su atractivo y la tasa real quedó casi nula, mientras los créditos personales se dispararon a precios que dejarían perplejo a cualquier banco europeo. La política de pesos se mantiene, aunque el gobierno evalúa la posibilidad de cambiar el tipo de cambio por una medida de control monetario.
En último término, el mercado de pesos y las autoridades están de acuerdo en una cosa: la liquidez es la respuesta más urgente. Y aunque el Tesoro ha prometido una llegada de dinero, la realidad es que cualquier solución tendrá que lidiar con la alta inflación que ronda el 30 % anual, por lo que la situación seguirá en un loop de tasa y rescate financiero.
Los analistas recuerdan también que la política de tasas de interés es una herramienta de control inflacionario y que su aplicación en extremos como el 145 % se considera una medida de corte de emergencia. El próximo período de revisiones de política probablemente ajustará la tasa de descuento y se enfocará en la estabilización.