El 15 de octubre de 2025, el país abrió la puerta a un nuevo aliado de la báscula: Wegovy. Esta inyección de semaglutida, que conquistó los pasarelas de Hollywood, ahora se vende bajo receta en Argentina. Con la promesa de perder kilos y añadir años a la vida, el medicamento llega con precio y efectos secundarios bajo la lupa de expertos.
El 15 de octubre, el mundo de la medicina argentina se volvió un poco más glamoroso cuando Wegovy, la inyección que ya se vende en boutiques de Beverly Hills, obtuvo la aprobación de ANMAT y comenzó a flotar en estanterías de farmacias y cabinets de médicos.
Wegovy no es una de esas estéticamente atractivas soluciones, sino, más bien, un sedante de la glucosa: semaglutida, la molécula que imita la hormona intestinal GLP‑1 y que se administra en una jeringa de 2.4 mg cada semana. La droga se lanzó en Estados Unidos en 2021 y en 2022 obtuvo la autorización para que adolescentes de 12 años y más puedan bajar el peso con ella.
En Argentina, la vacuna anti‑kilo se vende bajo receta. El precio, según la nota de la Agencia Nacional de Medicamentos, ronda los 6.000 pesos argentinos por dosis, lo que equivale a aproximadamente 140 USD al tipo de cambio actual. Eso significa casi 200.000 ARS por un mes de tratamiento (30 inyecciones), lo suficientemente caro como para que solo el más rico de los fans se lo adquiera.
Los clínicos advierten que, aunque Wegovy puede reducir la báscula de unos 5 % en los adultos y 7‑10 % en adolescentes que siguen una dieta balanceada, los efectos secundarios están a la orden del día: náuseas, diarreas y un temido dolor abdominal. Algunos especialistas también mencionan que el medicamento no es un afrodisíaco permanente ni la receta secreta de una vida sin enfermedades.
Así que, antes de que te apuntes a la lista de fans de los famosos, piensa si realmente quieres vivir un 50 % más de tu vida solo por un par de kilos menos, y si estás dispuesto a pagar una fortuna por un picos de glucosa que ni la familia Kardashian puede garantizar.
En fin, la primera vez que en Argentina los médicos recomendaron un frasco de semaglutida se sintió más como la entrada a una película de acción que una rutina de salud: un drama lleno de promesas, efectos secundarios y un precio que hace temblar el bolsillo.