Cuando los médicos se disculpan por ignorar el factor que devasta la vida, el resultado es un recordatorio mordaz: un tercio de los adultos en Argentina viven con hipertensión, la cabeza fría que lidera las amenazas cardiovasculares.
¡La hipertensión, el invitado no deseado que llega sin pedir permiso!
El 16 de octubre de 2025, un informe de la Asociación Nacional de Cardiología dio la noticia con la suavidad de un diagnóstico: 1 de cada 3 adultos argentinos vive con hipertensión arterial.
“El factor de riesgo más frecuentemente descubierto”
Los datos no solo son alarmantes, son los de una epidemia. En la población adulta, se estima que alrededor de 15 millones de personas enfrentan este problema de salud crónico. Es el factor de riesgo cardiovascular que aparece cuando se pregunta “¿Qué causa la mayoría de los infartos y derrames cerebrales?”. La respuesta: la presión arterial alta.
¿Qué dice el resto del mundo?
La Organización Mundial de la Salud reporta que el 29 % de los adultos a nivel global padecen hipertensión, con cifras más altas en países de ingresos medios como Argentina. Cuando la presión se mantiene por encima de 140/90 mmHg, el riesgo de enfermedad cardíaca se dispara entre un 30 % y un 40 %.
Los médicos admiten su descuido
En un ensayo de autocrítica poco habitual, varios profesionales de la salud reconocieron que el descuidado control de la presión se convirtió en la “pista de fondo” de las enfermedades cardiovasculares. El resultado: la recomendación de medir la presión frecuentemente, reducir el consumo de sal y mantener un peso saludable.
Un llamado a la acción
Los clínicos de todo el país han decidido alentar a la población a que se convierta en detectives de su propia presión arterial. La campaña “Pídele a tu báscula que te haga un chequeo” ya está en marcha en varios hospitales y centros comunitarios.
Más allá de la cifra
El impacto de la hipertensión no se detiene en los quirófanos o en los estudios de ecografía. Al reducir la presión con cambios de estilo de vida o medicamentos, se puede evitar la progresión a insuficiencia cardíaca congestiva, enfermedad renal y otros desastres crónicos que, en conjunto, generan un costo de salud de más de 30 % del gasto público en Argentina.
La conclusión de los expertos es simple: la hipertensión es la “nombra de la fiesta” en la que nadie quiere invitarse, pero nadie más se atreve a echarla a perder.