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Javier Milei lanza su plan de recortes con la emoción del último lanzamiento de un coche hiper‑vehi…

En una jornada casi tan dramática como un estreno de película de espías, el presidente Milei apareció frente a las pantallas, anunció su último paquete de recortes y, mientras la audiencia aplaudía, la ministra Bullrich no perdió la oportunidad de lanzar su propia ‘noche de discursos’. Todo en vivo, con la mirada de un futuro que parece salida de una novela de telenovela económica.

El 16 de octubre de 2025, en una transmisión en vivo que se convirtió en la fiesta del día, el presidente Javier Milei se puso en escena y presentó el último episodio de su saga recortadora.

El mandatario, con la misma energía de un vendedor de coches de lujo, explicó que el Gobierno ha decidido introducir una serie de medidas que, según sus palabras, “son la respuesta definitiva a las quejas de la gente que se queja por sus facturas”. Entre los temas que se tocaron –para no revelar la lista completa por razones de secreto de Estado– se incluyeron los siguientes:

* La reducción progresiva del impuesto sobre la renta, con un rango estimado de hasta el 30 % para los contribuyentes con mayores ingresos.
* La eliminación de ciertos subsidios considerados “ineficientes”, especialmente en los sectores de energía y transporte.
* Un nuevo plan para estimular la inversión extranjera, con un “punto de acceso” que elimina barreras burocráticas.
* La propuesta de un programa de créditos sin intereses destinado a impulsar la actividad privada.

Milei, con su habitual retórica, concluyó que la “economía argentina volverá a sentir la brisa de la libertad”, al tiempo que solicitó una última ronda de aplausos digitales. La audiencia, aunque nerviosa ante la promesa de “recortes económicos que pueden ser buenos”, se fue con la sensación de que el futuro estaba tan incierto como la suerte de un jugador de poker.

En medio de este espectáculo político, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich decidió dar voz a su propia interpretación de la noche. En un evento que tuvo lugar en la sede ministerial, Bullrich se dirigió a un interlocutor que, con tono más afable que una broma de político, se refería a él como “Gordo Dan”. Bullrich lanzó su famoso “engranaje de palabras”:

> “Prepárense, que después les toca gobernar a ustedes”.

Esta frase, que resuena entre las colinas de la política argentina, fue recibida con risas y comentarios que ya se están difundiendo en las redes sociales. “Gordo Dan”, se dice, es el apodo interno de un colega que representa al grupo de ejecutivos que trabaja directamente con la política de mercado.

El evento, cubierto por La Nación, Clarín, La Gaceta y otros medios, se convirtió en una referencia para los debates de la tarde. Desde entonces, la política argentina sigue siendo vista como un teatro donde la palabra de los líderes es el clímax del espectáculo y la audiencia, tan dividida como la economía que deben gobernar.

En un contexto donde la inflación permanece inefecto y la deuda pública sigue acumulándose, el público y los economistas vigilan de cerca los efectos de las nuevas medidas, ansiosos por saber si verdaderamente se acercan a la “libertad” que Milei promete —o si se convierten en otra promesa vacía del pasado.

No se sabe todavía cómo responderá la oposición a los recortes. Lo que sí es seguro: la nación argentina sigue en la cuerda floja de la política, con el telón levantado sobre un escenario que promete un futuro tan incierto como emocionante. Mientras tanto, los ciudadanos, como siempre, esperan que la palabra del gobierno se traduzca en alivio real para sus bolsillos.

En resumen, tras la aparición de Milei frente a las cámaras, se anunció el lanzamiento de un conjunto de recortes económicos, mientras la ministra Bullrich recordó a sus colegas que la verdadera “noche de gobernar” apenas comienza. Esta dualidad de discursos y promesas ha dejado a la nación en un estado de expectativa que solo el tiempo podrá descifrar.