El pueblo uruguayo ha decidido que ya basta: el Senado aprobó el 14 de octubre de 2025 una ley que permite la eutanasia voluntaria. Entre risas y lágrimas, los diputados votaron que los mayores de 18 años con enfermedades terminales puedan pedir un abrazo final en manos de médicos y un formulario legal. Una movida polémica que dejará al mundo boquiabierto y a muchos con la boca abierta
Muerte Digna llega a Uruguay, la primera de América Latina
El escenario político y social
El Senado uruguayo, en una sesión extraordinaria, aprobó el 14 de octubre de 2025 la Ley de Muerte Digna, convirtiéndose en el pionero del Cono Sur. La propuesta, impulsada por el Frente Amplio, deja a la región boquiabierta, mientras los opositores se preguntan cómo es que a los parlamentarios todavía les queda tiempo de respirar.
Criterios y procedimiento
Para que la eutanasia sea legal en Uruguay, el paciente debe:
- Merecer, por supuesto, estar mayor de 18 años
- Tener una enfermedad terminal o incurable que produzca dolor insoportable
- Expresar su deseo por escrito y firmarlo ante un perito legal
- Recibir la aprobación de un panel de al menos tres doctores, que verifiquen la diagnosticación y la voluntariedad
- Pasar por un proceso que, aunque burocrático, no quiere que los sufrimientos se conviertan en un trámite de oficina
Testimonios y protagonistas
Entre los que se alzaron en defensa de la ley, destacan grupos sociales como Los Amigos de la Vida y la historia de Pablo Salgueiro, quien, afligido por la ELA, se convirtió en la voz de la causa. Sus vivencias, mezcladas de esperanza y desencanto, llegaron a los tribunales y al corazón de la nación.
Reacciones y futuro
Mientras la comunidad médica argentina se expresa con declaraciones emotivas Es un acto de amor para dejar de sufrir, la Iglesia Católica mantiene una postura firme en defensa de la vida. En tanto, la ley entrará en vigor en las instalaciones médicas del país, y la primera eutanasia será un capítulo que será seguido con atención y, como de costumbre, con la misma mezcla de escándalo y curiosidad que han caracterizado a las legislaciones del derecho a morir.