La batalla política de 2025 llega con la promesa de un Congreso reformista, pero las encuestas y los cambios de listas parecen una carrera de maratón sin meta. Mientras Milei retoma la campaña, y los veteranos C.F.K. y Kicillof celebran la lealtad, la ciudadanía se enfrenta a una mezcla de candidatos y expectativas que no dejan quieto al país.
El 27 de octubre de 2025 se celebrarán las elecciones legislativas en Argentina, un día que promete más confusión que claridad. Entre los cinco principales grupos que compiten por los 71 escaños del Senado y 225 de la Cámara se incluyen el Frente de Todos, la Coalición Cívica, la Alianza Republicana, el Frente de Izquierda y la Corriente del Pueblo.
Las últimas encuestas, recopiladas por MinutoUno y revisadas por La Nación, indican una ligera ventaja a favor de la Coalición Cívica, con 38 % frente al 35 % de la Alianza Republicana, aunque la tendencia se mantiene fluctuante. En la zona rural, donde se encuentran 15 candidatos con más posibilidades de entrar al Congreso, las cifras apuntan a un 22 % de apoyo para el Frente de Izquierda.
El día de la campaña, el ex presidente Javier Milei volvió a aparecer en las redes con un discurso audaz que promete “una democracia con sentido”.
Reaccionando en pantalla, Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof celebraron lo que describieron como el “día de la lealtad”, reforzando la idea de que el poder sigue más en manos de la misma élite que ha gobernado durante décadas.
En otro frente, el legislador Manuel Adorni afirmó que las elecciones legislativas son una “oportunidad histórica” para lograr un Congreso reformista, citando la urgente necesidad de renovar las instituciones.
Frente a este torbellino de promesas y retórica, la ciudadanía argentina debe decidir entre seguir con la rutina o apostar por un futuro distinto. Mientras tanto, los analistas siguen observando los cambios de listas, con la esperanza de que la palabra “ciudadano” finalmente sea la que marque la elección.